En su presentación, Alberto dejó un gran titular. Hay detalles en el Real Valladolid muy lejos de lo que él quiere y que buscará erradicar a la mayor brevedad
• La dinámica del Real Valladolid demuestra que hay muchos problemas en el vestuario pucelano. Futbolísticamente el equipo tiene muchas limitaciones y deficiencias. Estas soluciones pueden pasar por la eliminación •
Fue sincero en su presentación con el Real Valladolid. Con ese discurso que todos los pucelanos necesitaban escuchar, Alberto López se ganó el respeto y, al menos, el beneficio de la duda de todo el entorno. Demostró que no ha llegado a Pucela para forjarse un nombre y utilizar al Real Valladolid como trampolín. Está en el estadio José Zorrilla para solventar los problemas del Real Valladolid y para que éste termine la temporada de forma digna y sin el miedo de los puestos de descenso que, con esta dinámica, cada vez están más cerca. Señalando en su primera comparecencia que existen dinámicas, sensaciones o problemas que están «a años luz de lo que quiero», el vasco llega con ganas de trabajar y solventar la situación, empezando por esos aspectos que él vislumbra.
Señalados
“Años luz” es un término muy relativo. Depende de quién lo pronuncie para saber sus dimensiones. Sin conocer aún al nuevo entrenador pucelano y el valor de sus palabras, la afirmación asustó. Señaló directamente al vestuario y los dimes y diretes comenzaron. “¿Por qué lo dirá?” o “¿A quién señalará?” fueron las primeras preguntas que saltaron tras su comparecencia. Dos días más tarde y tras analizar muchos de los movimientos del preparador en las dos sesiones ejercidas, la intensidad defensiva es la gran señalada. Entre otros muchos aspectos.
Como bien aseguraba Javi Moyano en la rueda de prensa tras la segunda sesión de Alberto, “el equipo no defiende como grupo”. Éste es un punto inadmisible en Segunda división. Alberto lo sabe y ha trabajado desde el primer instante en el que pisó los Anexos para solucionarlo. Lo ha hecho de forma global y, también, individualizada. El Real Valladolid que se acerca al estilo del tercer entrenador de la temporada es un equipo seguro. Sin concesiones. Ese formato de buscar los espacios, correr y asumir inferioridades en el repliegue es pasado. Porque no ha valido al Pucela como equipo en los resultados y porque no le vale ahora a él como idea. Con siete jornadas por delante, el entrenador de Irún quiere un equipo seguro y sin fisuras. Así el Pucela se podrá acercar a la versión de lo que debe ser un equipo puntero y fiable de la categoría de plata.
Nada que perder
“Es una oportunidad para mí, está claro pero si estoy aquí por el sentimiento sobre el Real Valladolid”. Estas palabras también son de Alberto López. El preparador confirmaba que veía su llegada al estadio José Zorrilla como una gran opción. Lo es y en su discurso no mintió. El vasco se juega una buena oportunidad en su carrera profesional pero no va a anteponer esta opción sobre el resto.
El vasco tiene poco que perder y el Real Valladolid, visto lo visto, tampoco. El entrenador debe tomar las mejores decisiones para cerrar la temporada de una forma digna. Si para buscar el mayor éxito a estas siete jornadas la solución pasa por señalar, apartar o eliminar a algunos jugadores, lo hará. Javier Clemente lo hizo y casi consiguió el objetivo clasificatorio por el que llegó en una situación similar.
La institución se juega mucho en estas jornadas que restan. La imagen del club no puede ser pisoteada más y Alberto lo tiene muy claro. No va a permitir más desplantes al escudo y por ello quiere restar esa distancia de “años luz” que ha detectado durante la temporada. Si para que la institución quede por encima tiene que eliminar jugadores, no hay duda de que lo hará. Tiene muy claro cuáles son sus prioridades actualmente. Sin señalar a nadie, todo aquel que haya visualizado algún encuentro del Real Valladolid entiende cuáles pueden ser algunos de los cuestionados por el nuevo entrenador. En su rendimiento en los próximos partidos y en el éxito que puedan aportar al equipo estará gran parte del éxito que se marca Alberto. Superar esas deficiencias que él detecta sería un buen bagaje a su etapa en el estadio José Zorrilla. La mejor, más allá de un resultado u otro. Anteponiendo la salvación del equipo en Segunda división, claro está.