Sin ganar en las últimas tres semanas y con las nefastas sensaciones dejadas, el Real Valladolid ha perdido uno de los motores, contagiando tristeza y pena al entorno
• Miguel Ángel Portugal se ha perdido. No sabe dar con la tecla que necesita el Real Valladolid y éste ha perdido un motor imprescindible para intentar llegar al play-off de ascenso a Primera división •
No es una canción de Alex Ubago. Es una realidad. Este Real Valladolid ha perdido el motor de la ilusión. La realidad es que el entorno no tiene ilusión por el equipo y el vestuario ha perdido el sueño por el objetivo. El Pucela se pierde entre sus propios problemas, con la nula capacidad de superación demostrada una vez más y firmándolo con un entrenador superado. Con Miguel Ángel Portugal como el reflejo del equipo y de su juego, este Pucela ha perdido un motor trascendental para seguir creyendo en su objetivo.
Responsable
Decía Miguel Ángel Portugal en su rueda de prensa del pasado jueves que “el entrenador es el responsable de todo lo que pase en un equipo”. Bien, ahora él lo es de la imagen de Miranda, del ridículo ante el Almería y del nefasto encuentro ante el Leganés. Si él se considera, como vende últimamente, el principal actor de sacar al equipo de la zona de descenso y de devolver la ilusión al entorno, también se debe sentir culpable de la mala gestión realizada en las últimas semanas y del pobre bagaje de un equipo sin señas de identidad.
Sin alma. Sin ilusión
Siempre he pensado que Diego Pablo Simeone no ha aportado grandes mejores al fútbol. Tácticamente no es un gran entrenador. En esa faceta se recrea y se gusta su segundo: Germán Burgos. Eso sí, el argentino ha inculcado al fútbol español muchos conceptos psicológicos y de intensidad, aquellos que no se vieron en Leganés con el Real Valladolid.
En el estadio de Butarque el equipo blanquivioleta no tuvo alma ni coraje. Tal fue la decepción que al final del encuentro no todos los jugadores fueron capaces de pedir disculpas. Hasta en esa función al equipo le vino grande la situación. Sin ilusión no hay alma y sin alma, no hay arrepentimiento. Una triste evolución. Portugal habló en la rueda de prensa de términos que nunca había usado e, incluso, llegó a pedir perdón a la afición pero todo lo hizo sin ilusión. Ésta se demuestra en el entrenador y él ya no la tiene. Respeto y valoro mucho su trabajo y la mejora que hizo en su momento del Real Valladolid pero hoy por hoy no es el entrenador idóneo del Pucela porque él no ha querido adaptarse a lo que pide la situación pucelana.
Portugal no sabe transmitir a su vestuario que la ilusión moviliza, que la ilusión emociona y que la ilusión hace creer. En 2010, un Xerez sin nivel técnico ni físico ni táctico ni de entorno para competir en Primera casi firma la salvación. Estuvo cerca de firmarla porque Néstor Gorosito inculcó en su equipo motivación, emoción y creencia. Convencido el equipo, el entorno creyó. Lo hizo hasta tener en la palma de la mano la hombrada. Tristemente, ninguno de estos tres términos aparecieron el pasado sábado en Leganés y el resultado fue el que fue. El Pucela tocó fondo y, de paso, perdió, la ilusión por convencerse y para creer. Este Pucela murió en Butarque y con él, lo hará más de uno y más de diez en pocas semanas.
Portugal, perdido
Por todo ello, no lo escondo. Miguel Ángel Portugal no puede seguir siendo el entrenador del Real Valladolid. No lo puede ser porque convencer de que el equipo debe pelear por el ascenso y que lo puede hacer con el entrenador burgalés no es real. Lo comentaba esta semana en ElDesmarque Valladolid, Portugal ya no es él. Se ha perdido en el camino. No está siendo fiel a su discurso en las últimas semanas perdiendo su horizonte.
Sin dudar ni un solo segundo de su profesionalidad, parece que el técnico está más preocupado en las últimas fechas, por lo que desprende su discurso, de convencer al entorno de su trabajo que de encontrar justificaciones al mal juego del equipo, a lo perdido que está el equipo sobre el terreno de juego y a lo lejos que está el objetivo. Sin necesidad de hablar de la nula capacidad de reacción del Pucela, Miguel Ángel Portugal se ha perdido. Se perdió en Anduva y en la posterior rueda de prensa y, ahora, va en barrena con un equipo sin fuerza, sin coraje y sin personalidad. En definitiva, un equipo sin ilusión que puede dar una estocada, quién sabe si definitiva, a un club de casi 90 años de historia.