Tras nueve años, ‘La linterna de Ángel Velasco’ supera las 2.500 entradas. Todas con el sustento del Real Valladolid, aquel que incentivó la creación de LAV en 2007
«Ya me felicita hasta Twitter», pensaba esta mañana. Y es que para mí, el 20 de febrero es como el 20 de septiembre. Es el día del aniversario de un parte muy importante para mí. Periodísticamente hablando, mi sueño desde que tenía 11 ó 12 años, este blog lo es todo. O casi todo. Tanto que en la redes sociales me felicita casi más gente en días como hoy que en el día de mi cumpleaños. Y me alegro. LAV es una parte vital de mí. No sólo por lo que disfruto escribiendo en él, sino por todo lo que he vivido gracias a él. Toda la gente que he conocido con él es, sencillamente, indescriptible y todo lo que he disfrutado gracias a él, inolvidable.
Gracias, de corazón
Lo que yo le debo a LAV es único. Sin él, no hubiera conocido a Chus Rodríguez, la persona que más me ha ayudado en el mundo del periodismo vallisoletano. Me ha dado mucho y lo ha hecho valorando mi trabajo en estas líneas durante nueve años. Sentirme valorado era inviable cuando con mi gran amigo Álvaro Montaner creé este rincón. Con él diseñé el inicio pero con Chus lo he ido asentando.
La ilusión que he sentido al crecer periodísticamente de su mano ha sido indescriptible pero no ha sido el único que me ha ayudado. Siempre lo pienso y siempre lo escribo. Si he llegado a los nueve años ha sido gracias a dos grandes tipos: Javier Barrocal y Javier Valverde. Ellos han invertido muchas horas de su vida en mí. Su diseño y su implicación no tienen palabras. Un «¡Gracias!» es poco pero, hoy por hoy, es lo único que puedo decir. Ojalá la vida me dejé recompensarles como se merecen.
Más de 2.500 entradas
Cuando el 20 de febrero de 2007 escribí sobre lo que significaba José Luis Pérez Caminero para mí en la que fue la primera entrada de LAV, nunca pensé que una opinión personal mía llegaría a las 10.000 visitas como lo conseguí hace pocos meses. Jamás imaginé que sería leído y que vería comentadas mis noticias. Nunca pude imaginar que tendría repercusión en las redes sociales y que alguien me pudiera conocer como «linterna». Estas líneas me han dado mucho y sus más de 2.500 entradas, mucho más. El Real Valladolid es mucho para mí y disfruto con él como con nadie en el fútbol. No vivo el día a día como a mí me gustaría pero el club y su entorno saben que el blanquivioleta es muy mundo.
Sueño con vivirlo desde un punto diferente al que tengo actualmente. Sueño con conseguirlo como me ilusiono en pensar qué será de mí con la década de LAV. Ésta quiero vivirla en Primera y con todos aquellos que me han ayudado para llegar hasta ella. Todos aquellos que han estado conmigo no han pulsado «el boton rojo» que algún indocumentado pedía en su momento. En aquella dolorosa tarde de ataques injustificados y menosprecios de baja calaña me di cuenta que desde la distancia he conseguido ser ‘alguien’. Nada más que «alguien». Pequeño o grande pero «alguien». Jamás pensé serlo de pequeño y el Real Valladolid me ha dado esa oportunidad. No me conformo pero sí me alegro. Hasta ver dónde está el techo… ¡Gracias a todos!
