El Real Valladolid ha cambiado su estilo. Con dos delanteros es más vertical
Formar con Juan Villar y Johan Mojica en los extremos y con Vincenzo Rennella y Roger Martí arriba provoca que el Real Valladolid sea un equipo muy ofensivo. Casi descompensado, se podría decir. Pese a formar con un esquema que se titula con “dos delanteros”, Miguel Ángel Portugal puede llegar a jugar con cuatro referencias ofensivas. Tanto los delanteros como los extremos de ese juego viven mucho en el área rival, dejando huecos a sus espaldas pero, a su vez, poniendo en aprietos a la defensa rival. Con esta versión vertical con la que ha formado el Real Valladolid en los últimos dos partidos y a la que le sacó rendimiento en San Mamés, el equipo vallisoletano forma con un esquema sencillo que potencia muchas de las cualidades que tiene la plantilla blanquivioleta desde el mercado invernal. Potenciando esa verticalidad y profundidad, el Pucela cambia parte de su filosofía en busca del gol.
La eficacia de lo sencillo
Hace unos años tuve la oportunidad de acudir a una charla que impartía Marcelino García Toral, actual entrenador del Villarreal. El preparador asturiano expuso muchas de sus ideas y su visión de cómo comprende el fútbol y cuál es su metodología de trabajo. Tras dicha exposición brillante y llena de conceptos futbolísticos, llegó el turno de preguntas. Tras varias cuestiones sobre sus últimos equipos y sobre su salida del Real Zaragoza ya que acaba de ser destituido del equipo maño, se le preguntó por qué en sus equipos siempre usa un sistema con dos delanteros. El famoso llamado 1-4-4-2.
Para Marcelino, éste “es el sistema más completo” y aquel que “mejor comprenden los jugadores”. Empezando por ideas simples y pudiendo matizar e introducir variables, un esquema con dos delanteros ayuda a generar ocasiones, a vivir más tiempo en el campo rival y a apretar más la salida de balón rival. Con balón el equipo deberá tener transiciones rápidas y si está bien trabajado, llegará con cierta facilidad al área rival. Dos o tres toques tras robar el balón y el equipo generará una ocasión.
Inyectando novedades y variables al equipo, Marcelino afirmaba que muchas de las opciones de este sistema las generan el estilo de los delanteros. Por ejemplo, no es igual que un ‘9’ sea Rodri que Roger. Si esa referencia es más fija o más móvil, el segundo punta tiene que desempeñar un papel u otro. En la compresión del entrenador de qué necesita el equipo y cómo son sus jugadores está la dificultad de un sistema que, en su base, es sencillo pero que cualquier preparador puede hacer compleja añadiendo variables para potenciar las cualidades de su vestuario. Comprendiendo qué tiene, un entrenador puede hacer grande un sistema.
La inteligencia de Rennella
Para Marcelino que, obviamente, sabe mucho del mundo del fútbol, este sistema de juego lo marcan los dos delanteros. Mi opinión reside en que aquel futbolista que hace grande un sistema de dos delanteros es el segundo punta, aquel con menos presencia en el área y que está mínimamente más obligado a crear que a rematar. En su inteligencia y en su lectura está un alto porcentaje del éxito de un esquema histórico y que nunca desaparecerá.
• EL DATO – En San Mamés, Rennella aportó claridad y temple al juego, bajando a recibir y cayendo a bandas •
En esa necesidad de tener un ‘10’ con visión de creación, Braulio Vázquez ha firmado al jugador perfecto. Vincenzo Rennella parece tener el perfil idóneo para cumplir con esa exigencia de acompañar a Rodri o Roger, dos perfiles muy diferentes. Él, en parte, los hará mejores. Su calidad con el balón en los pies y su desparpajo para crear pases interiores y hacer desbordes le hacen imprescindible en un sistema en el que lectura del juego es fundamentl. Es único porque debe y sabe dar el punto diferencial de calidad y de compresión de juego a un sistema de velocidad y verticalidad. Cuando todos los compañeros corren al espacio o buscan crear esa zona diferencial, hay uno que debe encontrar esos huecos y éste es Vicenzo Rennella.
Ese punto único que tiene el delantero francés en su fútbol es aquel que puso Víctor para que Joseba Llorente o, incluso, Alen Peternac hicieran los goles que firmaron o que Óscar González, ya más recientemente, dio a Javi Guerra para que el malagueño hiciera historia entre los goleadores pucelanos. Tener una buena lectura siempre es importante pero en un sistema que a este Real Valladolid, por profundidad de sus extremos y presencia en área rival, le pueden doler mucho las transiciones rivales, tener un jugador que acumule ocasiones y que no firme opciones de contragolpe en el equipo rival ayuda a la estabilidad de este esquema que ha creado Portugal tras los fichajes de Braulio. Entre uno y otro tienen en su mano hacer suya una formación histórica pero sobre la que pueden aportar detalles gracias a un vestuario con grandes posibilidades ofensivas.