Pedro Tiba ha sustituido Álvaro Rubio en los dos últimos encuentros. Lejos de las críticas, el futbolista portugués ha firmado dos grandes partidos a nivel estadístico
• La ausencia de Álvaro Rubio parece ser importante para los planes de Miguel Ángel Portugal aunque, a nivel de estadísticas, el rendimiento de Pedro Tiba ha sido brillante en los encuentros ante el Alcorcón y la Ponferradina •
Pedro Tiba fue, junto a Mario Hermoso, el futbolista más criticado del Real Valladolid en el empate (0-0) ante la Sociedad Deportiva Ponferradina. Ambos entraron mal en el entorno pucelano y tanto madrileño como portugués están sufriendo esa primera impresión. En lo que al portugués se refiere, es cuestionado por no crear fútbol, por no aportar estabilidad al equipo pero, sobre todo, por no saber suplir la ausencia de Álvaro Rubio. El ’25’ del Real Valladolid ha cogido el testigo del riojano en los últimos dos encuentros. Lo ha hecho con actuaciones que parecen no haber convencido pero que no tienen casi fallos. Es más, a nivel estadístico, el portugués ha firmado en Alcorcón y ante los bercianos, dos encuentros muy positivos. Datos que desmontan muchas absurdas teorías.
• En los últimos dos partidos, disputando 154 minutos, el portugués ha acertado en el 93,45% de sus pases.
• Pese a su gran vocación ofensiva, el centrocampista luso ha firmado 13 recuperaciones en esos encuentros.
• Ante Alcorcón y ‘Ponfe’, Pedro Tiba ha realizado sólo una falta mientras que ha recibido un total de cuatro.
Distribución y recuperación
Las estadísticas en el mundo del fútbol son tan curiosas como manipulables en cualquier sentido. Pueden ser utilizadas como un arma de doble filo y, también, como una opción de manosear o disimular la realidad. Sea de una forma u otra, lo que está claro es que cuando dan la razón a lo que uno piensa, son muy válidas. Si no aprueban una versión, no valen. “Son sólo números”, se escuchará en ese momento.
Por todo ello, argumentar que Pedro Tiba sólo ha fallado seis pases en sus últimos dos partidos, que ha asegurado el 93,45% de sus pases, que ha acertado más del 80% de sus intervenciones con balón en campo contrario, que ha recuperado 13 balones y que ha recibido más faltas de las que ha hecho, no son estadísticas válidas porque éstas no dan resultado en el fútbol. No dan puntos pero tampoco lo dan las sensaciones y sí que son éstas las que manejan este deporte. Una percepción personal promueve un cambio, genera una crítica o propicia el inicio de una corriente de opinión. ¿Sensaciones sí y estadísticas no?
• EL DATO. Pedro Tiba firmó en el partido ante la Ponferradina un acierto en los pases del 95% •
Así, las sensaciones valen y las estadísticas no. O, al menos, no tanto. Claro, las críticas a Pedro Tiba se caen con los números de sus últimos dos partidos. Con ellos no se ve un jugador que chirríe, un futbolista que estorbe y un perfil que no aporte nada. Con ellas se aprecia a un jugador con las ideas claras, un futbolista seguro en su juego y un perfil que cumple aquello que dijo Braulio Vázquez al presentarlo. “Pedro Tiba siempre mira hacia adelante”, confesó el director deportivo, y sus números así lo marcan. Quizás el portugués no ha demostrado ser “la bomba” que se esperaba que fuera pero tampoco ha tenido la confianza, el apoyo ni la estabilidad sobre el campo para potenciar todo lo que él necesita. Una “bomba” no se adapta al equipo. El equipo se adapta a la “bomba”. Y nunca ha sido así. No lo ha sido, entre otros asuntos, porque aún no tiene un puesto definido.
Sin equilibrio
Después de ver y analizar las estadísticas se puede abrir un buen debate sobre cuál es la posición ideal de Pedro Tiba, aquella que aún no ha encontrado de blanquivioleta. Ahora mismo juega como centrocampista pero lo hace por la necesidad de suplir a Álvaro Rubio y sin que Borja Fernández esté aún en forma.
Obviando su realidad, sus partidos de blanquivioleta llevan a pensar que es más un mediapunta o un interior en un sistema con tres centrocampistas que un integrante de un doble pivote. Su unión en el centro del campo con André Leão hace aguas. Las hace porque ninguno de los dos tiene virtudes para ayudar en la salida de balón. Con ellos, el equipo se hace muy largo y la distancia entre líneas es interminable. Ninguno puede adoptar el papel de jugador defensivo. No puede hacerlo porque disminuye su potencial. Cuanto más lejos del área rival se encuentre Tiba, peor es su rendimiento. De igual forma vive André Leão.
Ni uno ni otro pueden hacer de Álvaro Rubio. El riojano es insustituible en el Pucela por peso y galones y por estilo de juego. Hace mucho que el Real Valladolid no firma un jugador de corte defensivo y con posibilidad de elaborar el juego del equipo. Desde la llegada de Lluís Sastre, el Pucela no firma un corte defensivo. Por ello se sigue haciendo tan necesaria la presencia de Rubio pese a su edad y su estado físico. El líder para hacer jugar al equipo es el ‘18’. Es el futbolista diferencial en esa faceta de engranaje del equipo y de dar juego y brújula al equipo. Pedro Tiba no es él. No es Álvaro Rubio y no lo es, entro otros asuntos, porque no lo necesita. Sus cualidades son muy diferentes y cuanto antes se ponga a Tiba liberado de trabajo en campo propio menos tarde será para ver las cualidades de un jugador diferencial que, como en muchas ocasiones, en Valladolid se desprecia. Parece que nada vale y que la realidad es ajena al entorno.