El Real Valladolid suma un punto tras el empate (0-0) en Alcorcón en el partido del debut de Roger Martí y Borja Fernández. Solvencia defensiva del plantel de Portugal
Los desniveles de rendimiento que vive el Real Valladolid durante la temporada condicionan los análisis que se pueden hacer sobre el equipo. Tras partidos de escaso nivel, como el disputado en Mallorca, llegan recitales de juego y fútbol ofensivo como el realizado ante el Córdoba. Vaivenes inexplicables. Los picos de rendimiento generan desconocimiento sobre cómo analizar al equipo. Tras una victoria tan solvente como la última, la exigencia sobre el equipo de Portugal era altísima. Podría parecer que todo lo que se alejara de aquel partido era un fracaso pero nada más lejos de la realidad. El equipo no jugó a ese nivel pero demostró un crecimiento en su juego.
[quote style=»3″] El año pasado teníamos una plantilla de Primera. Ahora, un buen equipo de Segunda
Braulio Vázquez, director deportivo del Real Valladolid, en ‘Directo Marca Valladolid’ el 7 de octubre [/quote]
En Alcorcón, el Real Valladolid puntuó en un partido que se desarrolló bajos los parámetros de la Segunda división. En este tipo de encuentros sumar siempre es positivo y más si se hace fuera de casa y en un estadio como el alfarero. Son encuentros muy parejos, sin excesivas ocasiones y en el que el fútbol no tiene mucha brillantez. Ambos equipos se pelean por el balón en una lucha igualada en la que cualquier resquicio de una defensa es determinante. El centro del campo es protagonista pero sin la calidad del juego que se desea. El llamado ‘centrocampismo’ es el protagonista. No el balón.
En esa intensa pelea, los pucelanos no mostraron sus huecos a los de López Muñiz. Los blanquivioleta obtuvieron premio de su visita a Alcorcón gracias al gran bagaje defensivo. El punto débil del proyecto en los primeros meses de competición ha cambiado en las últimas semanas. El Real Valladolid es fiable, es seguro y no concede muchas ocasiones. Kepa es ahora un jugador más del equipo, no la estrella absoluta. Con el cancerbero sin tanto trabajo, el equipo se ha hecho a la categoría. Ese equipo de Segunda que veía Braulio Vázquez en verano ha conseguido hacerse a las exigencias de Segunda con la competición avanzada. Ha sido tarde, pero con margen para poder construir un sueño.
Sin ocasiones que llevarse a la boca
En un encuentro que define la Segunda división las ocasiones no se cuentan por decenas. Con los dedos de una mano se pueden resumir los grandes acercamientos a las porterías. En Alcorcón fue así. En los primeros 45 minutos, solamente un remate local en un saque de esquina fue el bagaje ofensivo de ambos equipos. El resto del tiempo, intentos exteriores y conducciones interiores para llegar al área rival.
Se intentaba, con una buena intensidad en el juego, pero no se conseguía generar buenas ocasiones. La calidad existente en ambos equipos para los últimos metros estaba contrarrestada por un encuentro de gran trabajo defensivo. Si los pucelanos estuvieron acertados en las inmediaciones de su área, los alfareros, igual. Ni los cambios de perfil en el ataque fue introduciendo Miguel Ángel Portugal cambiaron la fortaleza rival. El partido no pasaba por la calidad ofensiva sino por la intensidad defensiva.
Nuevas opciones ofensivas
Con un ‘9’ fijo como Rodri Ríos y un jugador entre líneas como Manu del Moral, el Real Valladolid mostraba en Alcorcón una propuesta acorde a sus últimos partidos. El paso de los minutos demostraba que ninguno estaba acertado de cara a puerta ni en condiciones de generar ocasiones. El cuerpo técnico blanquivioleta pensó en variar el estilo para encontrar las cosquillas del rival. La entrada de Rennella y Roger cambiaba el estilo pucelano pero no mejoraría su bagaje.
En un partido de Segunda división como éste, el equipo se conformó con el empate. Lo hizo en una muestra de cualidades y en un ejemplo de variantes ofensivas. Pese a que ni Rodri, ni Manu del Moral, ni Rennella ni Roger consiguieron aquello con lo que sueña un delantero, ver a los cuatro en un mismo partido alimenta la petición del cuerpo técnico de tener variantes y opciones diferentes en el banquillo.
Los minutos de unos y de otros muestra que el Real Valladolid tiene un equipo compensado en el último cuarto. Opciones de calidad y que se pueden unir en cualquier momento. Lo visto en Alcorcón, sin gol ni grandes ocasiones, es que el ataque pucelano es envidiable. Ver un ‘9’ fijo, un jugador de segunda línea diferencial, un tirano de los espacios y un jugador determinante en las segundas jugadas resulta lo más positivo a nivel ofensivo en el Real Valladolid. Tras el punto, la visualización del potencial blanquivioleta resulta lo más ilusionate del cuarto encuentro consecutivo en el que el equipo de Portugal no pierde.
Detalles de ilusión
La racha del equipo crece y el Real Valladolid puede seguir ilusionando a su entorno. Tras un recital de juego como el desplegado ante el Córdoba, en el último partido pucelano se pudo apreciar las mejoras defensivas de un equipo que ha visto ampliadas sus variantes ofensivas. Con un trabajo en defensa que muestra el crecimiento del equipo y la muestra de las variantes ofensivas del equipo, el Pucela ejemplifica su crecimiento.
Además de por no perder, el equipo está en buena racha porque ha conseguido el golaveraje con dos conjuntos que están por encima de los pucelanos en la tabla. Tanto alfareros como el Córdoba pierden en un supuesto empate a puntos con los pucelanos. El Real Valladolid está en crecimiento y va consiguiendo detalles para potenciar su candidatura de alternativa al ascenso.