Que un gran partido del Real Valladolid disimule las carencias del equipo no es nuevo. La goleada al Tenerife mostró una versión pucelana alejada de la realidad
• Para cerrar el 2015 el Pucela goleó al Tenerife. El partido, brillante en el juego y resolutivo en las estadísticas, ha disimulado las carencias de un equipo que en 2016 no ha convencido en ninguno de sus tres encuentros •
Tras una goleada es difícil hacer un resumen sosegado. Por lo general, la ilusión crece y la emoción puede ser hasta desmesurada. Si esta goleada se produce para cerrar un año y antes de un periodo de vacaciones, la emoción es doble. Ese punto de inflexión que se busca es analizado y esperado durante más días. Se puede crear hasta ansiedad por ver cómo ha afectado al equipo esa goleada. Ante esta exigencia, el regreso debe ser fuerte y convincente, algo que no ha conseguido el Real Valladolid. Después de ganar (4-1) al Tenerife para cerrar el 2015, el entorno blanquivioleta quería más. Buscaba una continuidad en el juego y en los resultados que no se ha conseguido. Es desesperanzador pero conocido en la historia blanquivioleta. Durante varios años el Real Valladolid ha conseguido goleadas que han disimulado las carencias del equipo y del proyecto pero luego han regresado a su cruda realidad.

• Tras golear al C.D. Tenerife, el Real Valladolid solamente ha conseguido cuatro puntos sobre nueve posibles.
• Se ha firmado una derrota, un empate y una victoria pero ninguno de los resultados convenció por el juego.
• Comenzando el 2016, el Pucela tiene los mismos problemas y carencias que en el 2015, salvo en ese partido.
Ilusión navideña
La temporada del Real Valladolid no estaba siendo buena a finales del pasado año. La salida de Gaizka Garitano y el poco rendimiento de varios jugadores importantes del equipo dejaban en dudas el segundo proyecto blanquivioleta de Braulio Vázquez. Pareció que todo se olvidaba con los seis puntos con las que se cerró el 2015 pero no. La victoria (0-1) en el Carlos Belmonte y, sobre todo, la goleada (4-1) sobre el Club Deportivo Tenerife mostraban la posibilidad de ver a un nuevo Real Valladolid.
Nada más lejos de la realidad. El Pucela ha regresado a la actividad en el nuevo año con tres encuentros de bajo rendimiento. Cuatro puntos sobre nueve posibles y un retorno a las deficiencias y limitaciones del pasado muestran que lo conseguido ante el equipo canario fue una goleada fantasma.
Ante el Girona el equipo firmó uno de sus peores partidos de la temporada y la imagen no se arregló con suficiencia ante Elche y Mallorca. Pese a puntuar en los dos últimos encuentros, el Pucela sacó a relucir sus limitaciones ofensivas y sus carencias defensivas. Nuevamente, el equipo tenía que trabajar para recuperar esas sensaciones que se dejó en el cambio de año. Posiblemente recuperar lo de aquella noche es imposible porque se trate de uno de esos partidos que firma el Real Valladolid todas las temporadas. Una goleada que difumina lo problemas. Finalmente, éstos no son erradicados y vuelven a relucir.
Goleadas de descenso
Por ejemplo, la pasada temporada, cuando peor estaba el equipo que entrenaba Rubi y la necesidad de un ‘9’ parecía más obligatoria, el equipo goleó (7-0) al Fútbol Club Barcelona B. Una victoria histórica que tapó unas carencias con el gol que regresarían a las pocas semanas pese al fichaje de Jonathan Pereira. Las limitaciones eran las mismas por lo que la goleada fue irreal.
Sobre conseguir victorias que podían ser un punto de inflexión pero, finalmente, no lo fueron, la historia de descensos del Real Valladolid sabe mucho. En el último, aquel en el que estaba Juan Ignacio Martínez, el equipo consiguió dos goleadas solventes. El 25 de octubre de 2013 superó (0-3) al Rayo Vallecano en su estadio. Primera victoria fuera de casa de la temporada que parecía que podía marcar un antes y un después. Nada. Éstos fue los únicos tres puntos lejos de Valladolid. Dos meses después, el Celta de Vigo de Luis Enrique se marchó de Valladolid tras recibir una goleada (3-0) similar a la de Paco Jémez.
• EL DATO. El 16 de diciembre de 2013, el Celta de Luis Enrique fue goleado (3-0) por el Real Valladolid de JIM •
Se esperaba que esa segunda victoria solvente del equipo pudiera marcar un camino. Tampoco. El equipo tenía carencias en la plantilla y en la evolución del juego que nunca se superaron. Aquellas victorias disimilaron la realidad de igual forma que ocurrió el 25 de octubre de 2009. Aquella tarde, el Pucela de José Luis Mendilibar goleó (4-0) al Deportivo de la Coruña. La ilusión crecía pero la realidad la devoraría pronto. Muy pronto. De los siguientes 20 partidos, el Pucela sólo fue capaz de ganar dos. Ni la llegada de Onésimo, obviamente, ayudó. Aquel partido ante los gallegos ilusionó al entorno blanquivioleta pero sólo por unos días.
Como ahora, como el año pasado, como hace dos temporadas… En definitiva, como marca la historia reciente del Real Valladolid. Por mucho que se firmen partidos solventes y goleadas para la historia, el Pucela es devorado por su realidad año tras año. En algunos momentos ésta ha sido el descenso y, ahora, pasa por ver que el equipo no es el candidato que se esperaba. Pese a la gran victoria ante el Club Deportivo Tenerife que expuso, quizás, un objetivo más ambicioso del Real Valladolid, la realidad blanquivioleta no pasa ahora mismo por los puestos altos.