Ante Osasuna, Guzmán Casaseca vivió el partido que tanto tiempo llevaba esperado de blanquivioleta. La derrota, único punto negativo de su primer encuentro completo
• En su undécimo partido con el Real Valladolid, Guzmán Casaseca, por fin, disfrutó de su primer duelo íntegro.
• El extremo pacense generó gran parte de la sensación de peligro que tuvo el Real Valladolid ante CA Osasuna.
• Como en todas sus intervenciones en Valladolid, influyó en el juego. Cinco centros y 28 pases. Sólo tres malos.
Uno de las frases que persigue a cualquier entrenador es aquella en la que un futbolista roza las palabras de “no me llegan balones”. En ese instante el entrenador debe meditar sobre la poca influencia que dicho jugador tiene sobre el equipo. Para solucionarlo el abanico de soluciones es muy alto. Localizar el talento sobre la influencia en el juego es una obligación del preparador. Ese talento diferenciador existe en la plantilla del Real Valladolid y lo tiene un futbolista irrelevante hasta la fecha. Guzmán Casaseca no está siendo determinante esta temporada. Es uno de los jugadores con menos minutos disputados pero cuando se encuentra sobre el campo, el conjunto de Miguel Ángel Portugal posee un futbolista con facilidad para entrar en el juego y proporcionar un juego combinativo al equipo.
Partidazo ante Osasuna
El pasado lunes, en el programa televisivo de ‘La Jornada’, el extremo pacense reflexionaba sobre su partido ante Club Atlético Osasuna. En su primer duelo íntegro con la camiseta del Real Valladolid, el ex de Las Palmas firmó su “mejor partido” desde que está en Pucela. Para el jugador fue un buen encuentro en el aspecto individual, un duelo en el que pudo demostrar sobre 90 minutos aquello que ya lleva manifestando desde la primera jornada, aunque sólo en tramos puntuales del partido.
Con la de Osasuna son cuatro las titularidades del ‘21’. Junto a ellas, seis partidos más en lo que ha saltado al terreno de juego desde el banquillo. Con todas esas participaciones –sin contar el duelo copero ante el Real Oviedo – suma un total de 441 minutos. En ese tiempo, su influencia sobre la creación del juego ofensivo ha sido alta. Un total de 110 pases, de los cuales 87 han sido exitosos le definen. En 10 partidos ligueros Guzmán deja unas estadísticas totales de 19 centros más 12 centros al área y 24 recuperaciones. ¡24! El ímpetu de su juego, su estilo trabajador en todas las circunstancias y la intención innegociable de presión en cualquier zona del campo y en cualquier tramo del partido, regalan a Portugal un jugador del gusto de todo entrenador.
Las sensaciones que el pacense deja en el terreno de juego son las de un futbolista que convence al entrenador por su dedicación y derroche. Las estadísticas de su juego, las corroboran. Obviamente tiene limitaciones y aspectos que mejorar pero, en su caso, todo aquello que suma supera aquello a lo que no llega. Es cierto que no tiene gol y que sus cifras de disparos a portería son pobres pero Guzmán no fue fichado por sus goles. Ese derroche, ese trabajo y esa dedicación mencionads gustaron a Braulio Vázquez la temporada pasada. Esas cualidades que le han llevado a generar 12 asistencias de remate – una cada poco más 36 minutos – debe potenciarlas el Real Valladolid. En el objetivo de fortalecerlas y reforzarlas hay parte del éxito que busca el equipo. Es básico porque pese a ser un jugador irrelevante hasta la fecha, sus cifras de juego no invitan, ni mucho menos, al rol que tiene.
Sin tiro, protagonista a balón parado
Esa irrelevancia que Guzmán posee sólo puede ser entendida por el escaso bagaje que tiene en el disparo. Un tiro cada 147 minutos sobre el terreno de juego es un dato pobre pero el único en el que no sale beneficiado. El extremo es, también, uno de los jugadores más regateadores del equipo. Pese a que sus intentos no conseguidos son más altos que aquellos que han terminado en éxito, el ‘21’ blanquivioleta tiene galones en el equipo siempre que está en el terreno de juego.
Es importancia es tal que cuando se encuentra sobre el terreno de juego es uno de los encargados del balón parado. Gracias a esta función suma 24 centros en estrategia. Con éxito o sin él en esos intentos con la “pelota quieta”, el Pucela posee en uno de los fichajes de menos rendimiento un perfil muy válido para Segunda división y muy necesario en este Real Valladolid. La obligación de tener que evolucionar semana a semana y buscar, por fin, el objetivo del proyecto recomienda el cambio de rol de un jugador con sensaciones brillantes y estadísticas sublimes. El único aspecto negativo de la temporada de Guzmán está en sus minutos. 441. Tan sólo el 35% de los diputados por el Real Valladolid.