Gaizka Garitano se marcha tras firmar sólo nueve puntos en las primeras nueve jornadas. Pese a rozar los números de su S.D. Éibar 2013/2014, ha sido destituido
• Gaizka Garitano, tras nueve puntos en nueve partidos, deja al Pucela en puestos de descenso a Segunda B.
• Estos números, muy similares a los que firmaría en el inicio con la S.D. Éibar en 2013, no ha sido suficientes.
• El cese se produce también tras la eliminación copera vivida en septiembre en el Carlos Tartiere de Oviedo.
• «Una ocupación sin preocupación muy insuficiente», especial sobre la destitución •
Gaizka Garitano se marcha del Real Valladolid con el equipo en puestos de descenso a Segunda división B. La mayor realidad y crudeza de la situación actual del equipo deja muchos detalles para analizar. Cifras o estadísticas que han cavado la tumba del cuerpo técnico en el que también están integrados Patxi Ferreira, Julio Hernando, José Luis Ribera y José Manuel Santisteban. Esas cifras que, hace sólo dos temporadas en la Sociedad Deportiva Éibar, fueron la base sobre la que se sustentó el equipo armero para ascender a Primera división, no han valido en el estadio José Zorrilla para ganarse la paciencia, el respeto en el trabajo y el tiempo necesario para engrasar la máquina pucelana y dejar que la evolución del equipo y de sus muchos fichajes se formara. En definitiva, los resultados no han dejado que las fases de un equipo nuevo se cumplieran. Los resultados han vuelto a poder con todo. Con nueve puntos en nueve jornadas, la destitución parece lógica. Los entresijos que hayan llevado a esos puntos parece ser secundaria. «Ley del fútbol», dicen.
Dos victorias en 10 partidos
¡El Real Valladolid es decimonoveno clasificado en Segunda división! Ahí está la mayor deficiencia que ha llevado a Carlos Suárez y a Braulio Vázquez a tomar esta drástica decisión de cambiar al entrenador. Saber cómo se ha llegado a ella es sencillo. En el fútbol mandan las victorias y este Real Valladolid sólo ha conseguido dos en 10 partidos. Ésta es una cifra muy pobre que muestra muchas de las carencias del equipo. En el fútbol, y como bien sabe la historia reciente blanquivioleta, los empates te dan de comer pero es, como dice el refrán, “pan para hoy y hambre para mañana”. Un equipo, y más del calibre pucelano en Segunda división necesita ganar y con sólo dos victorias, muy pobres ellas en el juego, también es cierto, la clasificación es lógica y natural.
Sin ganar, y al menos en el inicio liguero, los empates te mantiene vivos. Con ellos, Gaizka Garitano afrontó la visita del Real Oviedo con la perspectiva e ilusión de sumar cinco semanas sin perder. Así se podrían olvidar las derrotas iniciales en Córdoba y Ponferrada. Tristemente no fue así. No se encadenaron semanas sin perder porque se sumaron dos jornadas consecutivas perdiendo. Dos derrotas dolorosas que han dejado a Gaizka Garitano fuera del estadio José Zorrilla.
La sensación, más allá del juego desplegado por el equipo en estos diez partidos, es que el Real Valladolid de Garitano ha fallado en el momento crucial. Cuando dos victorias hubieran catapultado el proyecto en la clasificación y en la motivación, se falló y se erró de forma brusca. Por imagen, goles encajados – seis en los últimos dos partidos -, debilidad defensiva y puntos, en el momento crucial, el Pucela ha fallado y se ha sentenciado al cuerpo técnico. La sentencia ha sido definitiva para un cuerpo técnico marcado por la poca evolución del equipo pero que ha sido sentenciado por estas dos últimas derrotas.