La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Linternazos

Una ocupación sin preocupación muy insuficiente

Gaizka Garitano es destituido del banquillo del Real Valladolid tras 10 partidos 

• Gaizka Garitano es el séptimo entrenador cesado por Carlos Suárez tras obtener nueve puntos en nueve partidos y, posiblemente, tras pagar la paciencia del club con Juan Ignacio Martínez y Rubi •

Tras perder en Palamós (3-1) y, sobre todo, después de que el Real Valladolid entrara en los puestos de descenso a Segunda división B, la estancia de Gaizka Garitano en el banquillo blanquivioleta parecía insostenible. El entrenador vasco tenía los dos pies fuera del estadio José Zorrilla en el momento en el que Juanto hizo el tercer gol catalán el pasado domingo. En ese momento, Carlos Suárez y Braulio Vázquez debieron compartir pensamientos y tras unas horas de reflexión, negociaciones y búsqueda de un sustituto, el histórico entrenador de la Sociedad Deportiva Éibar hace las maletas y cierra su primera aventura en los banquillos fuera de Ipurúa tras sólo diez encuentros. Después de nueve encuentros ligueros, con dos tristes victorias, y la eliminación copera en el Carlos Tartiere, la etapa del preparador de Derio en Valladolid finaliza con la sensación de siempre.

Gaizka Garitano da instrucciones durante el partido ante el Real Oviedo en su último partido en el José Zorrilla (RealValladolid.es)
Gaizka Garitano da instrucciones durante el partido ante el Real Oviedo, su último duelo en el José Zorrilla (RealValladolid.es)

Una ocupación sin resultados
Tras perder (2-3) ante el Real Oviedo, Gaizka Garitano ya estaba casi sentenciado. Una nueva derrota u otro mal partido le dejaría fuera del estadio José Zorrilla de forma definitiva. Daba igual que fuera ante el Llagostera, como tristemente fue, o una o dos semanas más tarde. La realidad es que tras perder en casa, la cabeza del entrenador de Derio se sostenía sobre un hilo muy fino. Pese a que él era consciente de esta situación, Garitano no quiso perder tiempo en excesivas e inservibles preocupaciones.

Su frase en la rueda de prensa posterior al partido ante los asturianos en la que aseguraba estar “ocupado” pero no “preocupado” dejaba marcado su patrón en estos apenas tres meses que ha convivido en la ciudad del Pisuerga. Consciente de que llegaba a un entorno mucho más exigente que el vivido en la Sociedad Deportiva Éibar, Garitano se quiso alejar de aquello que no era su trabajo. Quería estar ocupado en la actividad diaria del equipo para dejar de lado las preocupaciones que generaba una situación negativa. Desde el primer encuentro liguero se veía que el equipo no arrancaba y el preparador hacía oídos sordos para poder limar los muchos detalles negativos que dejaba el arranque del equipo.

Esa ocupación, demostrable en los entrenamientos y en el diseño de los partidos, no ha sido suficiente. En muchas ocasiones el buen trabajo no da frutos y Gaizka Garitano, pese a dar todo por reflotar su barco en Valladolid, debe asumir el fracaso y hacer las maletas. La ocupación que ha vivido en este tiempo no ha sido suficiente y pese a no perder tiempo en preocupaciones, la situación del equipo invitaba desde hace varios días a pensar en la destitución al ver el enojo de un entorno que ha forzado y ha solicitado un cambio. Obviamente, el primero en la cadena del fútbol es el del entrenador. El tiempo dirá si es suficiente.

Un apoyo tan inservible como ‘lógico’
Tras la derrota ante el Real Oviedo fue Álvaro Rubio, primer capitán, el que ofreció su apoyo al entrenador. Bajo la teoría “los culpables somos los jugadores”, el ‘18’ blanquivioleta mostraba públicamente su confianza sobre el entrenador vasco. Hace unas pocas horas era el turno de Óscar González. El salmantino, peso pesado del vestuario y para el entorno, aseguraba que el problema era de un “bloque mental” del grupo. Excluía de la quema a un entrenador que recibía el apoyo del vestuario. De cara al exterior, el grupo estaba con el entrenador.

Posiblemente no era más que el apoyo lógico de dos voces autorizadas del vestuario que simplemente buscaban restar importancia a una situación preocupante. Su discurso público, lógico en estas situaciones, no ha servido. La decisión estaba tomada y el fracaso era ya una realidad. Gaizka Garitano hace las maletas como el séptimo entrenador destituido por Carlos Suárez. En su caso, nueve puntos en nueve partidos, cifras muy similares a las ofrecidas en el inicio de su ascenso con el Éibar, no le han valido para permanecer mucho tiempo en Valladolid, su sueño confesado el pasado viernes en rueda de prensa.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte