La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Linternazos

Este Pucela necesita la ‘alegría’ de Pedro Tiba

En el momento que vive actualmente el Real Valladolid, Pedro Tiba parece vital. El estilo de juego del portugués puede ser necesario para cambiar la dinámica pucelana

• Hasta la fecha, Pedro Tiba ha participado más como engranaje ofensivo que como creador. Sus movimientos sobre el campo pueden otorgar el Real Valladolid ese punto diferencial que necesita en la construcción •

Pedro Tiba en su presentación (Marca)
Pedro Tiba en su presentación en el José Zorrilla

Gaizka Garitano, Patxi Ferreira y José Luis Ribera son el núcleo duro del cuerpo técnico del Real Valladolid. Sin olvidarse de Julio Hernando, preparador físico, y José Manuel Santisteban, entrenador de porteros, los tres primeros son aquellos que toman el mayor número de decisiones en el actual proyecto blanquivioleta. Lo hacen gracias a los entrenamientos y a la gran cantidad de datos que poseen sobre los jugadores del Real Valladolid. Ellos son los que mejor conocen a los futbolistas pucelanos y aquellos que saben, de verdad, cómo están esos futbolistas para los diferentes fines de semana. Se pueden equivocar, evidentemente, pero sus decisiones no son aleatorias. Tienen un fundamento que, a veces, cuesta entender y encontrar.

Una de las decisiones que actualmente más dudas está generando fuera de las paredes del estadio José Zorrilla es la posición de Pedro Tiba. El centrocampista portugués está viviendo sus primeras semanas en Valladolid fuera del puesto con el que llegó a España. Alejado de la zona de creación, el fichaje estrella del segundo proyecto de Braulio Vázquez vive en funciones ofensivas en las que parece no estar tan cómodo como cuando parte unos metros más atrás.

En su última comparecencia, en El Alcoraz de Huesca, el encuentro había tomado una dirección en la que el ‘25’ blanquivioleta parecía ser vital en el centro del campo. Sin dominio del balón, sin movimientos ofensivos y con el doble pivote amonestado desde la primera parte, la alegría que provoca el estilo del portugués parecía recomendable para acompañar a Álvaro Rubio o a André Leão. Por desgracia, no fue así. Nuevamente sustituiría a Óscar González en un cambio que aumentó la fuerza de la Sociedad Deportiva Huesca con el balón y que bajó las posibilidades pucelanas de volver a la dinámica del inicio del partido.

Potentes condiciones
El gran dominio del balón que posee Pedro Tiba, unido a su potente conducción y su liderazgo sobre el campo parecían vitales cuando había transcurrido una hora de partido. La Sociedad Deportiva Huesca ya se había sacudido totalmente el dominio inicial del Real Valladolid. Los oscenses se habían hecho con el poder del esférico y el Pucela estaba a merced de los aragoneses al ver que el centro del campo vallisoletano no podía aumentar la intensidad del partido al vivir amonestado. En ese momento, cuando Tiba terminaba sus ejercicios de calentamiento, el sustituido parecía llevar un ‘8’ a la espalda. O Álvaro Rubio o André Leão.

Parecía que sería uno de los dos porque con el ex del Sporting de Braga sobre el terreno de juego se podría curar alguna de las limitaciones que demostraba el Real Valladolid en el segundo acto. El equipo estaba retrocediendo demasiados metros, no tenía el balón y no aprovechaba los espacios que la motivación del Huesca estaba dejando entre su defensa y el centro del campo.

Los futbolistas de Tevenet estaban decididos en buscar el tanto del empate costara lo que costara. En esa intención había unos metros que no se detectaron desde el banquillo visitante. La espalda de los centrocampistas oscenses, el cambio de ritmo que se hubiera ganado con Pedro Tiba en la zona de construcción y la exigencia sobre un rival que sabía cómo estaba el Pucela y al que no le interesaba un ritmo mayor fueron varios detalles a los que no se hicieron frente. Mejorar en ellos hubiera cambiado la dinámica del encuentro en su última media hora.

La unión con Óscar González
Juntar en el terreno de juego a Óscar González y Pedro Tiba hubiera generado en Huesca un dominio más claro en el bando pucelano. El Real Valladolid no hubiera manejado el esférico pero sí que hubiera comenzado a dominar el juego y lo que el encuentro pedía. Con el portugués y el charro en la zona central se hubiera dado un paso hacia la meta de Leo Franco. Con ellos se habría podido hacer frente a los ataques del rival. El Huesca estaba nervioso ante la no llegada del empate y, con media hora por delante, el estilo alegre del juego de Pedro Tiba hubiera generado en el Real Valladolid una ambición futbolística mayor de la que se mostró en el último tercio del partido.

Óscar González dejando su puesto a Pedro Tiba en el partido ante el Bilbao Athletic, un cambio que se repitió en Huesca (RealValladolid.es)
Óscar González deja su puesto a Pedro Tiba ante el Bilbao Athletic, un cambio que se repitió en Huesca (RealValladolid.es)

Con tres centrocampistas juntos pero con dos de ellos a la misma altura, la dinámica que hacía ver al Real Valladolid encerrado en su área se cumplía. Gaizka Garitano y sus ayudantes intentaron que esa sensación se frenara con la salida de Óscar González del terreno de juego y con la entrada de Pedro Tiba en el último cuarto. Sin opción de crear y muy alejado de los problemas que tenía el equipo blanquivioleta, el cambio no surtió el efecto deseado ya que Pedro Tiba no inyectó ni alegría, ni fútbol ni intensidad. No entró en el partido ni en la zona que se le necesitaba como para tomar parte de un juego que acabó regalando a los locales un tanto muy merecido.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte