La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Linternazos

La nueva evaluación continua del Real Valladolid

El Real Valladolid sigue suspendiendo los exámenes semanales en la evaluación y evolución continua que está viviendo. Mejoras mínimas que no le llevan al aprobado

Cada fin de semana, el Real Valladolid es examinado por el entorno pucelano. Hasta la fecha, y tras siete partidos, el equipo de Gaizka Garitano no ha vivido ningún aprobado ni ninguna evolución destacada •

El Real Valladolid de Gaizka Garitano está en examen continuo. Cada semana vive una reválida. Sobre todo, cuando juega en el estadio José Zorrilla. Es lógico. En una categoría como la Segunda división el Pucela debe ser sobre el papel un equipo dominador y ganador y, por el momento, no lo está consiguiendo. Ocho puntos de 18 posibles tienen al nuevo proyecto pucelano inmerso en dudas. Salvo en momentos puntuales, el equipo no ha convencido y esa evolución que se pide a un equipo en construcción no está llegando con el paso de las semanas.

David Timor en una imagen del partido del pasado domingo ante el Gimnástic de Tarragona (RealValladolid.es)
David Timor en una imagen del partido del pasado domingo ante el Gimnástic de Tarragona (RealValladolid.es)

Evaluación continua para poder crecer
“Si nos pensamos que el sábado vamos a ganar 3-0 ó 4-0 nos estamos equivocando”. Estas palabras, firmadas por Álvaro Rubio en la temporada 2013/2014, con Juan Ignacio Martínez en el banquillo del Real Valladolid, demuestran que todo equipo necesita un tiempo de mejora y construcción para salir de sus baches. En el fútbol no se soluciona todo en una semana. Debe ser con una evolución y una mejora continua y constante. En definitiva, bajo los parámetros de la metodología escolar llamada “evolución continua”.

Este formato es el calificado por la web ‘Innovación educativa’ como “un método de evaluación en el que se realizan pruebas de forma periódica a lo largo del periodo lectivo. Estas pruebas se realizan para que se pueda valorar todo el proceso de aprendizaje del alumnado y mejorarlo a medida que transcurre el curso”. En definitiva, el alumnado es valorado por su mejora, su crecimiento y su evolución sobre las materias impartidas. Sus calificaciones, además de por cumplir las exigencias de la materia, vienen dadas por su mejora en relación con el último examen.

Aplicándolo al Real Valladolid, este formato es válido. Con un equipo totalmente nuevo, una filosofía diferente a la pasada y una metodología radicalmente opuesta a la de Rubi, el equipo necesita tiempo. Más del marcado hasta ahora. Se ha demostrado que el equipo lo necesita y, por tanto, el entorno debe dárselo. Es cierto que no se puede esconder que este Real Valladolid tiene un objetivo a largo plazo. El Pucela quiere estar entre los mejores pero para conseguirlo no puede saltarse fases de su evolución. Debe avanzar poco a poco, debe basarse en ese estilo de la evaluación continua para poder pulir detalles, crear automatismos, ver mejoras y estar en posición de dominar el juego en mayores fracciones de tiempo de las que lo ha conseguido hasta ahora.

¿Cuál es el aprobado?
En una evaluación continua cada semana se vive un examen. La disputa del partido es el análisis del trabajo semanal del equipo. En él se ve cómo ha evolucionado el equipo, qué ha trabajado y en qué ha mejorado. La cuestión, para un equipo nuevo y en claro proceso de construcción, es saber dónde está la buena nota y cómo se produce. Por ejemplo, el pasado domingo, el Real Valladolid no tuvo un aprobado. Perder dos puntos como local y no ser capaz de aplicar un buen ritmo a todo el encuentro, debilita su partido.

Se trató de un encuentro que tuvo un buen arranque pucelano y en el que se vio, en el inicio, a un Real Valladolid con fuerza, ideas claras y con el objetivo de ser dominador del encuentro. Ese ímpetu duró, relativamente, poco y ahí está el suspenso del equipo. Se apreció una mejora pero mínima para un aprobado. Se mejoraron las prestaciones de semanas pasadas pero sólo mínimamente. La evolución fue poca y la evaluación continua no tuvo éxito en esta semana. Las condiciones iniciales fueron buenas. La predisposición también pero la ejecución careció de fuerza para ver un aprobado. Ahora, con la mente en El Alcoraz, el Real Valladolid deberá mejorar detalles de su juego, su confianza y su concentración para reforzar lo positivo que dejó el empate ante el Gimnástic de Tarragona e intentar borrar lo negativo de la pérdida de los primeros puntos de la temporada como local. Ahí estará el aprobado en Huesca y la mejora de un Real Valladolid que necesita crecer para no descolgarse de su objetivo.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte