Jeffren Suárez abandona el Real Valladolid después de 18 meses de blanquivioleta. El venezolano amagó con demostrar sus cualidades en varias ocasiones sin éxito
• El extremo se marcha de Valladolid sin haber recuperado su mejor versión •
Jeffren Suárez ya no es jugador del Real Valladolid. El futbolista venezolano abandona el club vallisoletano tras no conseguir triunfar en los últimos 18 meses. En ellos, cuando ha formado parte del proyecto blanquivioleta, el extremo ha vivido varias decepciones. La primera, los dos fracasos deportivos del Real Valladolid pero, sobre todo, lo que marcará el recuerdo de esta etapa es el saber que no ha conseguido eliminar los fantasmas con los que llegó al estadio José Zorrilla. Entristecido, sin liderazgo y con varias lesiones en momentos decisivos, Jeffren abandona Valladolid consciente de que no ha abandonado la decadencia en la que está su carrera desde que salió del Fútbol Club Barcelona en le verano del año 2011.
Un intento de resurrección
Posiblemente y sin margen de error, se puede asegurar que Jeffren Suárez ha querido competir y tener éxito en su etapa en el Real Valladolid. Tristemente, no lo ha conseguido. El no éxito del extremo venezolano en los últimos 18 meses de su carrera no se ha producido por una desidia en él ni por una falta de profesionalidad. Ni mucho menos. Con sus fallos, el ya ex jugador del Real Valladolid ha intentado encontrar su mejor versión en esta andadura que hoy ha finalizado. Lo ha hecho, ya no por el club y por el fututo de éste, sino por él. Cuando el canterano culé consiguió abandonar Portugal para viajar hasta Valladolid sabía que estaba ante una gran oportunidad. Ayudar al Real Valladolid a mantener la categoría, primero, era una buena opción de reflotar su carrera.
Tras el triste descenso consumado en el José Zorrilla ante el Granada, Jeffren se quedaba en Valladolid para ayudar al ascenso del equipo. Nueva oportunidad de revivir su carrera. Tristemente, ni una ni otra. Pese a que sobre el campo siempre se le veía en predisposición, diferentes circunstancias no han ayudado y, ahora, ya no ha tenido otra opción. Su etapa como blanquivioleta termina y lo hace con mucha pena. Demasiada. Más allá de no haber conseguido ningún éxito grupal y haber firmado dos decepciones, el hispano venezolano se marcha del estadio José Zorrilla mostrando los mismos problemas que le hicieron llegar a Valladolid en enero de 2014. En aquel momento, el último ‘11’ que he tenido el Real Valladolid llegaba con sensación de depresión y tristeza por todo lo vivido en tierras portuguesas. 18 meses después, esos síntomas parecen no haber abandona el cuerpo del ya ex jugador pucelano.
Pocas sonrisas
Jorge Valdano siempre ha defendido que “el fútbol son estados de ánimo”. Con ellos, un jugador es capaz de mostrar cualidades que parecía no tener. Así, ha sido imposible que Jeffren pudiera triunfar en el Real Valladolid. Golpe tras golpe, mazazo tras mazazo y anclado en el pasado, la andadura blanquivioleta del venezolano ha sido dura. Iniciar una nueva etapa y caer lesionado a los 30 minutos es duro. Perderse más seis semanas de competición nada más llegar a un proyecto que le necesita, es un revés que al jugador le costaría asimilar.
Recuperado de la lesión, tardes como la de Sevilla, con la triste derrota ante el Real Betis, o la del descenso ante el Granada empujaron para que el ex jugador del Real Valladolid tuviera pocas sonrisas en sus primeros meses. Éste resulto un hecho premonitorio de lo que iba a vivir en la siguiente temporada. En la campaña que acaba de terminar, el papel de Jeffren no ha sido importante. Ha disputado 36 partidos pero sólo siete de ellos han sido completos. Ha conseguido anotar solamente tres goles pero, lo peor de todo, es que desde el mes de abril sólo había disputado poco más de 250 minutos. En definitiva, la temporada se le hizo larga al jugador que terminaba jugando como lateral derecho un partido en Vitoria. Pese a iniciar como titular de la mano de Rubi y tener un papel importante en los primeros esquemas, el jugador se diluía para volver a unirse con la tristeza que está persiguiendo a su carrera deportivas en los últimos años.
Calidad sin explotar
Lo más triste de la andadura de Jeffren Suárez en Valladolid es que siempre que tenía el balón en los pies, se le veían aspectos futbolísticos muy interesantes. Potencia en el arranque, un buen manejo de la dos piernas, versatilidad sobre el campo, entendimiento con todos los jugadores de arriba… y calidad.
El canterano del Fútbol Club Barcelona cierra esta etapa en su carrera dejando claro que posee rasgos diferenciales. Su tanto al Girona en el estadio José Zorrilla o encuentros como los disputados ante el Real Zaragoza en La Romareda, ante el filial culé en Zorrilla o en Mallorca han dejado claro que este futbolista posee fútbol es sus piernas. Tiene mucho más juego del que ha demostrado. Muchísimo más. Por desgracia, todo lo que parece tener, no se expone con regularidad y ahí, está su problema. Esa dificultad para mostrar quién es y qué tiene, le está costando más de un disgusto y, ahora, le lleva a cerrar esta etapa con excesiva pena y poco reconocimiento.