El portugués es el jugador más señalado tras la derrota ante el Córdoba. Se exige más a un futbolista llamado a liderar el juego de creación del nuevo Real Valladolid
• En su segundo año en Valladolid, André Leão debe asumir liderazgo en el equpo. Con Álvaro Rubio mermado, el luso tiene calidad y experiencia para asumir galones y marcar diferencias. Pero debe hacerlo en su sitio •

Hace un año deportivo, es decir, tras la primera jornada de la pasada temporada, Valladolid aún seguía asombrada con uno de sus últimos fichajes. El encuentro de André Leão ante el Mallorca en el estreno de la campaña 2014/2015 tenía prendado a todo el entorno blanquivioleta. Su recital de fútbol, llegada al área y dominio del juego ilusionaba al estadio José Zorrilla como pocos jugadores lo habían conseguido en los últimos años. Tras aquel debut, el portugués no mantuvo el nivel en los siguientes encuentros. Parecía difícil poder igualar aquel partido. Pese a su bajón de juego, su protagonismo siguió siendo alto durante toda la campaña.
Rubi confiaba en él y le dio más de 3.000 minutos de juego con 37 partidos y 35 titularidades. Leão fue vital durante la temporada pasada. Estuviera o no a su mejor nivel, saltaba al campo y lideraba al equipo durante todo el partido. Solamente en seis ocasiones no terminaría un partido que empezó como titular. Los altibajos de su juego no le hacían perder el puesto. La confianza sobre él en todos los estamentos del club era muy alta. Tanto el cuerpo técnico como la dirección deportiva le veían capital. Ahora, puede haber cambiado ese rol. En su segunda temporada en Valladolid, se le ve a exigir mucho más. Por experiencia, calidad y liderazgo, el centrocampista luso está obligado a dar un paso adelante en la temporada. En este nuevo año el jugador debe coger el sitio que, progresivamente, vaya dejando Álvaro Rubio. El capitán pucelano está mermado físicamente y el portugués debe asumir nuevos retos. En Córdoba no lo hizo. Su juego fue pobre y el equipo lo notó en exceso. A las primeras de cambio ya está señalado y las dudas de su juego chocan con la exigencia propia de asumir galones importantes en el equipo para el transcurso de la temporada.
Fuera de sitio
Son muchas las preguntas sin respuesta que se encuentran alrededor del jugador portugués. La principal es saber por qué el futbolista no ha conseguido repetir el nivel de su estreno ante el Mallorca. Pese a cerrar otras buenas actuaciones, el futbolista no ha recuperado aquel duelo. La realidad es que las funciones que le encomendó Rubi aquel día no se han vuelto a repetir. Escoltado en funciones defensivas por Lluís Sastre, Leão tuvo libertado total en ataque y disfrutó como nunca más lo ha hecho de blanquivioleta.
Con metros para llegar y buscando los espacios cerca del área mallorquina, André Leão creó una exigencia muy alta que, pasadas las semanas, era imposible igualar. Destacado en funciones defensivas e, incluso, como anclaje defensivo cuando el equipo jugaba con tres centrocampistas, el portugués vio cambiadas sus funciones y así, se comenzó a ver mermado su rendimiento.
Rubi decidió apostar por su técnica individual, corpulencia y manejo del juego para la salida de balón y Leão cumplía con creces en esas funciones pero no resultaba protagonista en el juego de ataque. Su valor era menor y su elaboración se perdía para el equipo. A este juego pareció estar aún unido en el estreno de la nueva temporada. Marcado como el centrocampista con funciones de ayuda a los centrales, el ex de Paços de Ferreira no pisó el campo contrario con asiduidad. Solamente 29 pases en el campo del Córdoba y uno para el último cuarto de campo. Con estos datos se demuestra estadísticamente que las funciones que asume el centrocampista actualmente limitan su potencial y dejan al Real Valladolid sin el mejor socio que puede tener Óscar González para asociarse y crear superioridades en el centro del campo.
Una exigencia muy alta
Entre los dos, portugués y salmantino, están muchas de las ilusiones del entorno pucelano en la faceta ofensiva. Ambos, exigidos y apretados por el entorno, saben que deben tomar galones para liderar al equipo para poder convertirse, primero, en una opción para luchar por ascender y, después, pelear por conseguirlo.

La temporada es larga y André Leão recuperará el nivel de juego de aquel partido ante el Mallorca. Avanzando unos metros su posición y viviendo más tiempo en el campo rival, el ‘8’ pucelano tendrá ese protagonismo que se le pide y que sólo ha tenido en contadas ocasiones. Con él, Gaizka Garitano debe encontrar a ese futbolista capaz de aplicar todo lo entrenado. Liderazgo tiene, capacidad posee y técnica le sobra. Solamente le falta verse con confianza y respaldado para dar esa zancada que se le pide. Siendo seguro en sus funciones, André Leão asumirá esa exigencia para olvidar todas las críticas que le piden más.
