El Real Valladolid cierra la temporada tras imponerse (1-0) al Éibar en el Trofeo Ciudad de Valladolid. La actuación de Óscar González, nuevamente destacada
Tras el debut de hace 21 días en Sestao ante el Athletic Club, el horizonte del Real Valladolid de Gaizka Garitano era acumular trabajo en sesiones de entrenamiento para llegar al Trofeo Ciudad de Valladolid de la mejor forma posible. El último encuentro de la pretemporada resultaba el mejor encuentro posible para demostrar en qué situación está el equipo y cómo se encuentra a sólo unos días del debut liguero en Córdoba.
La realidad es que el Real Valladolid llega bien. Está formado. Sabe qué quiere y cómo lo busca y ha mostrado una constante evolución en los encuentros de pretemporada. Desde ese rodaje y “acumulación de minutos” ante el Athletic hasta la visita de Jose Luis Mendilibar al estadio José Zorrilla, los pucelanos han disputado dos placenteros partidos en Galicia, un interesante duelo en Portugal y dos encuentros más en tierras cercanas a Pucela sin una elevada exigencia. En esos 630 minutos de preparación, Garitano ha convencido al equipo del nuevo estilo que quiere implantar. Se trata de una base muy diferente a la de la temporada pasada pero, sobre todo, a la que le faltan tres o cuatro piezas de peso para comenzar la temporada sin miedos y con un fondo de armario competente y competitivo para un campeonato de más de 40 jornadas.

Productivo broche final
Para cerrar la pretemporada, la visita de la Sociedad Deportiva Éibar suponía la presentación oficial y el cuarto encuentro ante un rival de mayor entidad, tercero español tras Athletic Club y Sporting de Gijón. Como en los anteriores partidos ante entidades superiores al Pucela, teniendo en cuenta a Rio Ave, los encuentros han tenido dinámicas similares. Salvando la diferencia de entidad y rodaje del encuentro ante los de Ernesto Valverde, este Pucela no ha sido inferior a nadie en su preparación. El equipo de Mendilibar no fue superior en los 90 minutos. Sujetos a una preparación exigente del entrenador de Zaldívar, los armeros se vieron superados por un Pucela con buen trato del balón y fresco en muchos movimientos y transiciones. Con una versión veloz y constante, el Real Valladolid cierra la pretemporada alzándose con el Trofeo Ciudad de Valladolid y consiguiendo su cuarta victoria de la pretemporada.
Supuesto once titular
En la última prueba veraniega se pudo ver como el Real Valladolid saltaba al terreno de juego con el que es, hoy por hoy, el once referencia de Gaizka Garitano. Con la duda de resolver quién será el portero y conocer si el estado físico de Marcelo Silva es el apropiado para un encuentro completo, el Pucela saltaba al terreno de juego del estadio José Zorrilla con el equipo que presumiblemente iniciará la liga en Córdoba.
Con ellos, el Real Valladolid dominaría el balón en la primera mitad y tendría buenas ocasiones pero sin marcar grandes diferencias ante un rival con un equipo bien plantado y definido que lideraba su juego con la presencia de dos delanteros de envergadura y fuerza. Con Sergi Enrich y Borja Bastón los armeros poseían dinamita arriba pero no la consiguieron mostrar en todo su potencial. Juanpe y Marcelo Silva mantenían firme la línea defensiva y no concedían grandes ocasiones al equipo rival, un conjunto de Primera división pero al que, como el Pucela, aún le faltan varias piezas para cerrar su plantilla.
Tras los primeros 45 minutos con dos conjuntos que mostraban el carácter de sus entrenadores, el partido llegaba al descanso con un empate inicial que se podía considerar justo. Ambos, en su estilo, buscaban cerrar la preparación de la mejor forma posible. Más allá del trofeo, la buenas sensaciones eran vitales para finiquitar una preparación de exigente trabajo.
Gol de Óscar y cuarta victoria
La poca efectividad de ambos equipos en los primeros 45 minutos fue contrarrestada a los pocos segundos de comenzar el segundo acto al ver que Óscar anotaba su primera gol del año. En esta ocasión en el ámbito goleador, el ‘10’ del Real Valladolid demostraba el potencial y la fuerza con la que ha comenzado esta temporada.
Cambiando de estilo y buscando velocidad, espacios y el contragolpe, el Pucela se adelantaba en un marcador que ya no variaría. Un estilo más contragolpeador del Real Valladolid valdría para obtener la edición número 42 del Trofeo Ciudad de Valladolid y la vigésimo segunda que se queda en la propia ciudad vallisoletana. Pese a esas cifras, lo relevante era cerrar la preparación con buenas sensaciones y así ha sido al ganar y ofrecer al estadio José Zorrilla una propuesta seria, solvente y trabajada. El Real Valladolid aún necesita piezas en su vestuario que le hagan evolucionar en su juego y estilo pero a estas alturas, Gaizka Garitano ha conseguido diseñar un equipo que sabe qué hace y qué necesita para crecer y avanzar en su segunda temporada consecutiva en Segunda división.