El Real Valladolid cierra el Torneo Aspire de León creciendo en lo defensivo pero aumentando la falta de gol. Los empates (0-0) ante Cultural y Sporting lo muestran
Las posibilidades que ofrece un triangular es la de ver dos partidos radicalmente opuestos en un corto espacio de tiempo. Con esta idea, el planteamiento que Gaizka Garitano hizo para los duelos ante Cultural y Deportiva Leonesa y Sporting de Gijón fue muy diferente. Ante el equipo de Segunda B, la idea del preparador vasco era la de dar minutos a jugadores del filial y a aquellos que más rodaje necesitan, como es el ejemplo de Rodri Ríos o Renzo Zambrano. Ante el conjunto de Primera división, la idea iba más encaminada a ir puliendo detalles de lo que es, hoy por hoy, el once más previsible para el debut liguero ante el Córdoba.
Así, la idea de Gaizka Garitano y de su cuerpo técnico pasaba por marcar los primeros 45 minutos como un tiempo para “cargar las piernas de minutos”, como lleva defendiendo toda la pretemporada, mientras que la segunda parte estaba definida a una idea más de precompetición. De una forma u otra, el nuevo Real Valladolid mostró en los 90 minutos que disputó en el Reino de león un crecimiento constante en los movimientos defensivos pero carencias en los aspectos ofensivos. Con la necesidad de seguir completando la zona de ataque, Gaizka Garitano se marchaba de Torneo Aspira con una satisfacción que, conforme pasan los días, va siendo insuficiente para el debut en Córdoba. Al equipo ya se le debe exigir más pero sobre una base más definida y competitiva.

Combate nulo ante la Cultural
Con seis jugadores del Promesas sobre el campo y un cambio de sistema al jugar con dos futbolistas de clara ambición goleadora, los primeros 45 minutos pucelanos en León fueron nulos. Es cierto que el Real Valladolid fue mínimamente superior al rival, es verdad que lo hizo bajo un ligero dominio del balón y sin apenas concesión de ocasiones pero el equipo de Gaizka Garitano está señalado a dar más juego ante un equipo de categoría inferior.
El combate resultaría nulo al final de un tiempo en el que la lesión de Rodri Ríos fue lo más destacado. Un choque del delantero soriano le provocaría una herida en el rostro que le obligaba a ser retirado del campo. La entrada de Óscar González invitaba a ver a un Real Valladolid más creativo pero las dificultades de Renzo Zambrano para dominar el centro del campo junto a Álvaro Rubio hicieron al Pucela un equipo de varios metros. Necesitando limar esos detalles de dimensiones que Garitano ya detectó en los primeros 45 minutos el Zamora, el Pucela cerraba el primer partido con limitaciones en la zona ofensiva.
A las pocas opciones que genera tener sólo un ‘9’ profesional y las dudas del centro del campo para la creación de juego, las deficiencias pucelanas en los primeros 45 minutos del Torneo Aspire llegaron con el balón. Sin él, los de Garitano se mostraron solventes, como llevan haciendo en una pretemporada en la que sólo han encajado tres goles.

Buenos minutos ante un Primera
Tras el primer empate del torneo, llegaba el momento de cambiar el once y dar un giro al planteamiento. Con un equipo íntegramente profesional, Garitano afrontaba el duelo ante el Sporting como un simulacro del debut liguero ante el Córdoba. Con una defensa de cartel titular y un ataque bien conformado, Juan Villar disputaría los primeros 15 minutos como delantero centro. Pasado el cuarto de hora y con un aparatoso vendaje, Rodri Ríos regresaba al terreno de juego para seguir creciendo en su puesta a punto.
Con un once solvente para el segundo tramo del torneo, el Real Valladolid mejoró mínimamente en el control del balón. Al tenerlo, ya sabía qué hacer y cómo quería actuar. La entrada de David Timor ayudaba a una versión más solvente con el esférico pero a la que le seguía faltando acierto de cara a puerta. Obviamente, cerrar un partido sin gol a escasos diez días del debut liguero no es una gran noticia pero todo el entorno blanquivioleta sabe cuál es la situación del proyecto y se adapta a esta situación.
Ante un conjunto de Primera división, el Real Valladolid creció en sus éxitos y, también, en sus penas. Solvente defensivamente y sin muchos apuros en campo propio, los de Garitano disputaron de más y mejores ocasiones pero la falta de gol hacía patente que el equipo necesita refuerzos. Braulio debe dotar a este Real Valladolid de nuevos activos. Garitano los pide a gritos y resultados como estos dos empates en León lo demuestran. La base pucelana es buena, muy acorde a las exigencias del cuerpo técnico, pero en los retoques están muchas opciones del éxito que se espera en los próximos meses.
Sporting de Gijón, vencedor
Tras los dos empates del Real Valladolid, una victoria por la mínima del Sporting de Gijón ante la Cultural en el último y definitivo partido haría a los asturianos los ganadores del Torneo Aspire. El equipo de Primera se marchaba con el trofeo e imponía la lógica que marca las diferencias en las categorías.
Mientras los de Abelardo cargaban el trofeo en su autobús, los blanquivioleta montaban en el suyo con 90 minutos más de trabajo. El otro objetivo, el de no tener lesionados se cumplía al ver que Rodri podía continuar en el segundo enceuntro. Así, la nota con la que Gaizka Garitano abandonaba el Reino de León era buena. Ante los mimbres que posee actualmente y en la fecha de la pretemporada en la que se encuentra el equipo, el Real Valladolid obtiene un nuevo aprobado en la pretemporada. El equipo sigue formándose y lo hace con las ideas del cuerpo técnico muy definidas.