Omar Ramos abandona el Real Valladolid tras tres temporadas y la sensación de fracaso. El extremo canario, con un inicio ilusionante, nunca llegó al nivel esperado
• El ex del Almería o Huesca abandona Valladolid tras 99 partidos y casi 5.500 minutos •
Tras 99 partidos, más de 5.000 minutos y un solitario gol en tres temporadas, Omar Ramos ya no es jugador del Real Valladolid. Tras varias semanas de negociaciones para su salida del club, tiempo en el que el equipo entrenaba mientras él esperaba la resolución de su contrato, el caso se ha cerrado y el futbolista ya no es propiedad blanquivioleta. Después de un inicio mínimamente ilusionante por su rápida adaptación y una explosividad después desparecida, el extremo canario pudo ilusionar. Fue un espejismo. A los pocos meses decayó y entró en una dinámica de la que no ha salido pese a pequeños picos de éxito en su juego con actuaciones decorosas y revulsivas. Entre casi 100 encuentros, el futbolista ha tenido tiempo para dejar algún detalle. Rebuscados pero el ya ex jugador se marcha dejando una pizca de la calidad que indudablemente posee en su pierna izquierda.
Pocos motivos para la recompra
Omar Ramos llegó al Real Valladolid en agosto de 2012. Un fichaje complicado, con muchos flecos, que llevaron al futbolista directo hasta la concentración de Mondariz que hacía el entonces equipo de Miroslav Djukic. A pocos días del debut liguero tras el ascenso a Primera, llegaba muy limitado físicamente a su estreno. Pese a ello, los primeros coletazos de su etapa blanquivioleta ilusionaron. Los minutos de rodaje ante Rio Ave y sus primeros partidos ante Real Zaragoza y Levante hicieron pensar que el Real Valladolid tenía cedido a un jugador de gran potencial pero de escasa demostración. Esa ilusión fue decayendo durante la primera temporada. Pese a ello, el club apostó por él y ejerció la opción de compra. Tres años nuevos de los que sólo ha cumplido dos, el último de ellos en Segunda división y sin un éxito mínimo.
Ese éxito que no se ha producido desde el año 2012 podía ser imaginable al tener en cuenta el nivel del futbolista en sus primeros meses en el estadio José Zorrilla. El inicio pudo ser ilusionante. Objetivamente no se puede negar pero el paso de las jornadas no fue productivo. De sus participaciones productivas para el rendimiento grupal muy pocas, o ninguna, fueron en las últimas semanas. Realmente, una asistencia suya a Javi Guerra en el Santiago Bernabéu supuso la única aportación del canario en sus últimos meses de cesión.
Con un nivel alicaído y una propuesta de juego negativa, el Real Valladolid se arriesgó en la compra del jugador. La dirección deportiva que lideraba Alberto Marcos, aquel que más apostó por el ya ex jugador, ejerció la opción de compra en un movimiento difícil de comprender. Tan difícil de comprender fue el desembolso como lo sería su permanencia en el equipo tras su segunda temporada. Así, tres años después de su llegada al club blanquivioleta termina la etapa de Omar Ramos en Valladolid y lo hace con la sensación de ser muy tarde.
Dos años inservibles
La rescisión del contrato del futbolista se califica como tardía ya que con Juan Ignacio Martínez no fue importante ni secundario. En su segundo año en Pucela y en Primera, comenzó jugado, como un año atrás, pero ni la mala competencia en el puesto ni los malos resultados del equipo le hicieron jugar en el momento más importante de la temporada. En las últimas 14 jornadas o, lo que es lo mismo, en los últimos 1.260 minutos, el canario sólo disputó 95. El dato habla a las claras de un rendimiento nulo que Rubi quiso intentar recuperar. El entrenador entendía que el jugador tenía calidad y quería potenciar la actitud para que explotara su fútbol.
Más de lo mismo. Nueva campaña, inicio con protagonismo pero irrelevante en el final. Con más participación en el tramo final que un año antes, el rendimiento fue similar. Pese a estar sobre el campo, su éxito deportivo fue bajo y, con él, su etapa blanquivioleta ha llegado a su fin. Como varios de los compañeros que le han acompañado en los últimos años en el estadio José Zorrilla, el Pucela necesitaba la salida de Omar, como él abandonar Pucela. La etapa había terminado pero en su caso sin explotar ni mostrar potencial.