Kepa Arrizabalaga, joven portero de 186 centímetros, se caracteriza por dominar el área en todas sus zonas. El cancerbero vasco destaca por un potente juego aéreo
Kepa Arrizabalaga es un portero de sólo 20 años pero al verle jugar no parece haber superado la mayoría de edad hace poco tiempo. Sus movimientos sobre el campo y su liderazgo para liderar a la defensa son las características un cancerbero veterano. Actuar así es, al fin y al cabo, por un talento natural que el nuevo portero del Real Valladolid posee. Sus cualidades para dominar el área con solvencia ya se han demostrado en Segunda división. En seis meses en Ponferrada demostró sus reflejos, su fuerza y su potencia. Ahora, en Valladolid, con un contrato de 12 meses, podrá avanzar en ellas y hacer de su año de cesión su explosión final.
El área es suya
Bajo palos, el nuevo portero del Real Valladolid despliega en todo su esplendor sus 186 centímetros de altura. En el aire y fuera de la cercanía de la portería, Kepa Arrizabalaga aumenta a su físico, su envergadura. Con brazos muy extensos, el vasco se comparta como un pulpo. Todo pare hacer del área su zona. Las limitaciones que marcan el hábitat del portero son básicas para este jugador y hace todo lo posible para que nada ocurra en ellas. Gracias a una potencia de salto muy alta y una elevada potencia, hacer peligro al marco que defiende Kea es difícil. Puede parecer que no está donde debería pero siempre llega para evitar el peligro.
Este nuevo cancerbero del Real Valladolid es un portero completo que, más allá de grades cualidades físicas, posee técnica y talento. “Completo” es la mejor definición que puede tener Kepa. Es un futbolista de grandes condiciones que siempre puede sorprender. Se encuentra en la estatura perfecta para cumplir todas las condiciones de juego. No es bajo para atajar balones aéreos, ni excesivamente alto para no poder solventar acciones de reflejos y de uno contra uno.
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Posee cualidades, tiene un hambre infinito por crecer y en Valladolid se va a encontrar con un entrenador de porteros de elevado prestigio. Todo se junta para que el cancerbero puedo demostrar en Valladolid quién es pero, lo más importante, para que pueda seguir creciendo. Pese a que el Pucela busque un rendimiento inmediato, el jugador tiene 20 años y los posee para todos los ámbitos del fútbol.
Enorme madurez
Con 20 años y en una ciudad alejada de aquellos en la que uno se ha formado, los golpes son más duros. Levantarse de ellos es más difícil pero trabajar con los errores es una obligación. Kepa tiene un futuro por delante de más de una década. En ella deberá demostrar todas las cualidades que ya ha enseñado en su etapa de formación y en sus primeros seis meses de profesional en Ponferrada. Hasta ahora el bagaje es pequeño. Es lógico por una cuestión de edad pero, desde ahora, es una obligación mejorar y crecer en esa historia.
Kepa posee cualidades futbolísticas enormes. Como portero es brillante. Bajo palos es soberbio, en el área es poderoso y cuando tiene que salir de sus límites es fiable. Toda esta seguridad que genera se ve aumentado al ver que con el balón en los pies crea juego. Un portero moderno no sólo debe evitar el juego rival sino que también debe comenzar a crear fútbol y ahí, Kepa también es uno de los mejores porteros jóvenes de España. Si ha sido elegido tres veces en el once de otro del Fútbol Draft no ha sido sólo por sus intervenciones.
