El cuerpo técnico que conformó Rubi se ha definido por el gran número de horas de trabajo y dedicación. Tristemente, el éxito no llega sólo por una buena preparación
• Rubi abandona su proyecto vallisoletano con 23 victorias en los 48 partidos que ha dirigido al Real Valladolid.
• El catalán ha pagado no firmar la mitad de las victorias (47,9%) y hacerlo con una débil media de goles (1,48).
• Nuevamente, el Real Valladolid ha vivido como visitante su punto más débil. Sólo 10 victorias en 24 partidos.
Si gracias a un buen trabajo, una buena metodología y una dedicación exclusiva el éxito llegara siempre en el mundo del fútbol, nadie descendería y cientos de equipos conseguirían ascender. Todos cumplirían sus objetivos porque el camino estaría marcado. Supuestamente, sería muy fácil hacerlo bien. La teoría parece sencilla pero la realidad es tan diferente como dura. Pese al buen trabajo, el buen juego, el bonito fútbol, este deporte no evoluciona en un aspecto. Los resultados siguen mandando y para triunfar hay que ganar. Rubi lo ha vivido en sus carnes esta temporada. Ha trabajado mucho pero la pelota no ha entrado todas las veces que a él le hubiera gustado. Sin goles y sin victorias, el éxito no llega. En este caso, el ascenso no se ha producido y Rubi abandona Valladolid con unas cifras malas.
Los primeros datos que refleja la carta de presentación blanquivioleta de Rubi es que no ha ganado ni el 50% de los partidos. De las 42 jornadas ligueras, los dos encuentros de play-off y los cuatro partidos de Copa del Rey, su Pucela ha obtenido 23 victorias. Los restantes duelos se dividen entre 12 empates y 13 derrotas. Los datos no son muy buenos y tienden a empeorar. Analizando e indagando en las profundidades de las estadísticas se ven las muchas carencias que ha mostrado el equipo durante esos 48 partidos disputados. Tal son las miserias de los datos que de los pocos números positivos que se aprecian está el hecho de haber anotado más goles (71) que los recibidos (43).
Un equipo débil como visitante
Durante la pasada campaña, Juan Ignacio Martínez sólo consiguió una victoria como visitante. Se trata de una cifra muy pobre que este año Rubi ha mejorado pero con matices. El catalán ha obtenido 10 victorias de los 24 partidos disputados como foráneo. Obviamente, la cifra se multiplica pero las condiciones y los rivales dejan ese crecimiento en sólo una mejora. Es un crecimiento con matices porque tampoco se llega al 50% de victorias fuera del Pisuerga. La barrera de la mitad sí se ha superado en los encuentros como local. En el estadio José Zorrilla el Real Valladolid ha obtenido el 57% de las victorias porque de los 23 partidos disputados, Rubi ha firmado 13 victorias. Realmente son cifras débiles que, en el ámbito de jugar fuera de casa, crecen al ver que el equipo ha cosechado nueve derrotas, ocho de ellas ligueras.
• «Una metodología perfecta sin una buena ejecución», la marcha de Rubi •
Este Real Valladolid no ha convencido en el juego y éste se ha demostrado en los números. El Real Valladolid no ha sido un equipo ni regular ni constante y como sus datos no han sido buenos, Rubi es el primer culpable de tal desastre en salir. El técnico catalán abandona su proyecto pucelano con datos generales muy pobres. La temporada 2014/2015 del Pucela se define con el 47,9% de victorias, el 25% de empates y el 27,1% de derrotas. Todos estos resultados se han firmado con una media de 1,47 goles anotados por partido y 0,89 encajados. De esta forma, todo ha sumado para que la decisión de prescindir de Rubi se haya formalizado tras el varapalo de Las Palmas y que tal medida tenga fundamento y una explicación lógica.