El mercado de Segunda división B, tan fructífero esta campaña en la categoría de plata, es casi un desconocido para el Real Valladolid. En diez años, sólo dos fichajes
• En las últimas diez campañas, el Real Valladolid ha firmado 106 futbolistas. Sólo dos procedían de Segunda B.
• Keko y Alberto Bueno, procedentes de filiales, únicos jugadores de bronce firmados en Pucela desde el 2005.
• El último futbolista llegado desde un equipo no filial de Segunda división B fue Aritz Aduriz en julio de 2004.

Si en estos momentos se le dice a un aficionado del Real Valladolid que en su plantilla están Kepa Arrizabalaga, portero de la Sociedad Deportiva Ponferradina, Rubén Peña, Diego Aguirre o Diamanka, jugadores del Club Deportivo Leganés, Cifu y Mata, del Girona, Roque Mesa o David Simón, de la Unión Deportiva Las Palmas, Mamadou Koné, del Racing de Santander, Jose Ángel, del Elche o, incluso, José Luis Gaya, del Valencia, éste aficionado estaría tranquilo e ilusionado ante el futuro blanquivioleta. Analizando los resultados de todos estos jugadores o los de muchos otros nombres de la categoría de plata, se puede ver el potencial que en realidad tiene la Segunda división B española. La categoría de bronce del fútbol español tiene más nivel del que se afirma y, sobre todo, del rendimiento y estudio que lleva realizando el Real Valladolid sobre ella en los últimos 10 años.
Los datos sobre el análisis que desde el club blanquivioleta se hace sobre esta categoría son sorprendentes. Así, en las diez últimas temporadas, el Real Valladolid ha incorporado un total de 106 jugadores, lo que le hace tener una media superior a los diez jugadores por temporada. De todos esos nombres, sólo dos procedían de la categoría de bronce.
De esta forma queda demostrado que el interés que existe sobre esta categoría es mínima y se demuestra al ver que desde el año 2005, el club se ha fijado más en mercados como el uruguayo, el argentino o el portugués que por una categoría que está sólo un escalón por debajo.
Además de los números, que dicen que desde la llegada de Aritz Aduriz y Francisco Javier Lledó, sólo dos jugadores de esos 106 eran procedentes de Segunda división B, es importante destacar que ninguno de estos dos nombres, Alberto Bueno y Keko Gontán, procedía de un equipo y sí de un filial. Así, se confirma que el Real Valladolid no rebusca en las profundidades de la categoría de bronce desde que Santiago Llorente encontró una joya en El Plantío de Burgos. Allí, cerca geográficamente y tristemente también deportivamente, se encontraba Aritz Aduriz, un jugador que tras pasar por el estadio José Zorrilla ha jugado más de 300 partidos en la élite y ha anotado un total de 110 goles. Hace más de 10 años fue el delantero vasco, ahora, son otros muchos jugadores que buscan dar un salto que merecen y por el que el Real Valladolid debería apostar.

Cuestión de calidad… y opinión
El poco rendimiento que el Real Valladolid está obteniendo de la Segunda división B es palpable con los datos y podríamos calificarlo como sangrante analizando otros factores. Rebuscando en los recientes mercados de fichajes del Real Valladolid resulta imposible comprender que el rendimiento de algunos jugadores podría ser empeorado por futbolistas de este perfil. Entramos en el complicado mundo de las opiniones pero resulta difícil entender que el bagaje que dejaron la temporada pasada futbolistas como Heinz Barmettler o Valdet Rama no podía haber sido igualado o mejorado por este tipo de jugadores. Seguramente, lo habrían hecho y todo con un desembolso económico menor.
El central dominicano y el extremo albanés son dos ejemplos recientes pero son muchos fiascos los que se pueden ver en esas 106incorporaciones. En Segunda división B existen jugadores de un potencial superior al de Diego Mateo, Jairo Castillo, Correa, Broli, OJ Morales, Saná, Razak, Varela… Tristemente la lista de estos jugadores precedentes de otros mercados y con un bagaje pobre en Valladolid es infinita. Es otros momentos, con otros encargados de la dirección deportiva, el miedo de apostar por jugadores del perfil de Segunda B parecía muy alto. Incomprensiblemente, así simulaba ser la realidad blanquivioleta. Ahora, el Real Valladolid, con Braulio Vázquez a la cabeza, parece haber cambiado y ese ‘riesgo’ que supone apostar por este perfil de futbolistas no genera miedo. Este tipo de jugador debe generar ilusión y confianza por un campeonato que está cerca. Tristemente, demasiado cerca de la realidad del Real Valladolid.