El Real Valladolid se impone en Mendizorroza (0-2) tras una gran recta final de partido. Roger Martí, goleador y asistente, y Alfaro, grandes protagonistas pucelanos
El Real Valladolid llegaba a Vitoria en la penúltima jornada del campeonato sabiendo que su objetivo más ambicioso se había quedado atrás. El ascenso directo era ya imposible y la cuarta plaza no dependía de su éxito. Rubi y los suyos sabían que en un alto porcentaje y pese a su resultado en Mendizorroza, su puesto sería el quinto, aquel que marca desventaja de campo en la promoción de ascenso del mes de junio. Con esa inferioridad ya asumida, el Real Valladolid viaja hasta tierras vascas con la necesidad de dar entrada a jugadores con menos protagonismo durante la temporada. Futbolistas como Omar Ramos, Jeffren Suárez, Óscar Díaz, Chus Herrero o Túlio de Melo tenían su oportunidad en un duelo con poco en juego a nivel clasificatorio pero sobre el que podría existir mucha repercusión en cuanto a las sensaciones que el equipo pucelano puede crear antes del decisivo final de temporada que marcará gran parte del futuro blanquivioleta.
Ante el Deportivo Alavés y el Llagostera lo importante no es ganar, perder o empatar. Lo realmente transcendental es el cómo se consiguen esos dos últimos resultados. A los de Rubi no les va a cambiar en la clasificación los puntos pero sí que le pueden dar la vida esas sensaciones que dejen sobre el césped. En Vitoria, la segunda intención, aquella de agradar con la versión de juego al entorno blanquivioleta, sólo se conseguiría durante los últimos 20 minutos de partido. En ellos, el equipo pucelano demostraba pegada, mucho juego ofensivo y mucha calidad. Con la entrada de Alejandro Alfaro y, sobre todo, con la de Roger Martí, el Real Valladolid se imponía en Mendizorroza para llegar a los 72 puntos.
La cifra, alta y contundente, no significa nada de cara al play-off que empezará en 10 días pero sí que muestra condiciones en un equipo plagado de dudas. Es cierto que el Pucela no ha estado la altura de lo esperado. Es cierto que el equipo ha fallado en momentos puntuales y que lo ha hecho con una versión impropia de un proyecto como el que se había creado. Pese a ello, el Real Valladolid está sumergido en una opción real de ascender a Primera división. Esa oportunidad de regresar la élite pasará por Las Palmas pero, también, por el duelo de Zorrilla ante el Llagostera. Ante los catalanes, el Pucela tendrá dos objetivos. Mejorar las sensaciones de juego y hacerlo por un tiempo mayor del conseguido en Vitoria. Con 20 minutos de buen juego ante el Deportivo Alavés, quizás no es suficiente para motivar al entorno vallisoletano. Éste, lógicamente, necesita más.
Dudas iniciales
Con cambios significativos en el once y con la continuidad de sólo tres futbolistas en relación al once inicial que partía en la derrota ante el Real Zaragoza, el Real Valladolid comenzaba con muchas dudas en su duelo de Vitoria. Los locales, muy mentalizados en despedirse de una forma gloriosa ante su afición, comenzaban con fuerza y presión sobre la meta de Javi Varas. El sevillano ya se tenía que emplear a fondo tras pasar poco más de 60 segundos. Rafa García se plantaba en el área pucelana y marraba una de las mejores opciones vitorianas del partido. La sensación de agobio, descontrol y duda se hacía patente en un Real Valladolid que no se encontraba en los primeros instantes de partido. Los de Rubi sufrían ante los cambios planteados y el Deportivo Alavés intentaba aprovecharlo para sacar renta en el marcador.
Las dudas eran tales que fallos impropios de la categoría pudieron costar caro a los pucelanos. Una acción de Jesús Rueda y Javi Varas acabaría en un libre indirecto dentro del área que pudo haber cambiado el partido. Ambos, en acción llenas de reflejos, evitaban el tanto vitoriano y cerraban el peor momento del Real Valladolid en la penúltima jornada liguera.
Solventada esa presión inicial del equipo local, Álvaro Rubio amarró el timón del partido. Se hacía con el dominio del centro del campo y solventaba todas las dudas que podían existir sobre el juego pucelano en defensa. El inicio no había sido bueno pero con el capitán como engranaje defensivo, el Alavés comenzó a vivir más en su campo. Los vitorianos vieron que el Pucela se crecía aunque no con la fuerza y la calidad que sus jugadores ofensivos hacen pensar. Jonathan Pereira, Túlio de Melo y Óscar Díaz, tres goleadores, no encontraban su hueco. Rubi lo veía y poco tardaría en la segunda parte en aprovechar esa evolución que el Real Valladolid estaba consiguiendo en relación al inicio de partido. El encuentro avanzaba y el Real Valladolid se asentaba
Alejandro Alfaro de vuelta
La mejor noticia del partido no se produciría en el último cuarto de hora del partido, tiempo en el que el Real Valladolid firmaría las acciones para conseguir la victoria. Lo exitoso del encuentro pucelano se vería con la entrada de Alejandro Alfaro. El andaluz saltaba al terreno de juego a falta de 22 minutos y lo hacía para cambiar el encuentro. Con el ex del Mallorca sobre el terreno de juego, el Pucela sio una velocidad más a su evolución. Ese dominio del centro del campo ya se comenzaba a traducir en sensación de peligro más allá de la que Túlio de Melo creaba con su presencia en el área pucelana.
El ‘23’ pucelano saltaba el terreno de juego con todas las ganas del mundo. Quería encarar, quería regatera, quería buscar puerta y, sobre todo, quería volver a sentirse futbolista. Lo quería y lo conseguiría porque esa motivación fue contagiosa para un Real Valladolid que, por fases, se estaba dejando llevar por la apatía de un partido sin una elevada intensidad. Así, con un motivado Alfaro sobre el campo y, poco después, con la entrada de Roger Martí, el Real Valladolid comenzaba a crear esas buenas sensaciones que te pueden llevar a la victoria.
Cambio, gol y asistencia
Alfaro había cambiado la dinámica del encuentro pero Roger Martí crearía las sensaciones. A los escasos segundos de sustituir a Túlio de Melo, el valenciano anotaba el primer gol desde el punto de penalti. La inercia que contagiaba el ex granota no se quedaba sólo en el primer gol. El ‘9’ presionaría y apretaría en todas las acciones del juego. Tal era el cambio que con Roger sí se vieron esas sensaciones tan ansiadas a pocos días de recibir a Las Palmas en la semifinal de la promoción de ascenso. El cambio fue tal que, con él sobre el terreno de juego, se confirmaron esas ilusiones que empezaba a crear la entrada de Alejandro Alfaro.
El andaluz creó ilusión, intensidad y ganas. Sumándole al valenciano, el partido se decantó para la parroquia pucelana. Roger asumió la responsabilidad del gol y la de asistir a Jonathan Pereira en el segundo gol. Con esos últimos 20 minutos del Real Valladolid en Vitoria se pueden crear buenas sensaciones de cara al play-off y cumplir así el objetivo real pucelano para las próximas fechas. Ante el Llagostera llegará una nueva edición de este objetivo del que el Pucela no puede fallar más.