La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Desde la grada de Zorrilla

Reencuentro con una victoria llena de sufrimiento

Triunfo tras tres derrotas consecutivas de un Real Valladolid que con dos fogonazos finiquitó el partido. Sufrimiento total para terminar el partido ante el C.D. Mirandés

«Roger crea la inercia para la «victoria psicológica»» | Crónica de la victoria al Mirandés

Después de tres batallas perdidas de manera consecutiva, el sábado amanecía Valladolid con la sensación de que cualquier resultado podía acontecer por la tarde en el estadio José Zorrilla. Tristemente éste es el poso que ha dejado el plantel albivioleta en estas últimas fechas en el entorno del Real Valladolid. Con dos partidos en casa, la oportunidad para volver a enganchar en el tren de cabeza son mayores pero la fiabilidad del equipo en su propio feudo se ha visto relegada a un segundo plano. Rubi lo sabe y estos dos encuentros pueden servir para devolver la confianza perdida a sus chicos o definitivamente para que el preparador catalán haga las maletas y, con un saludo cordial, se l indique cuál es la puerta de salida. Tener una de las mejores plantillas de la categoría permite que con diez buenos minutos o con dos jugadas se acabe el partido. Y así fue, en este caso. Roger Martí, la gran alegría de la tarde, y Óscar González inmediatamente después, distanciaban al Pucela en el marcador. El problema llegó en la segunda mitad. Nada más iniciarse, el Club Deportivo Mirandés recortaba distancias y a raíz de ahí, embotellaría al Pucela el resto del choque. Finalmente, victoria local muy sufrida que se espera que sirva para cambiar la mala dinámica, aunque parece complicado si el camino es éste.

Roger dedicando su tanto al Mirandés (RV.es)
Roger Martí, emocionado, dedicando su tanto al Mirandés

El pistolero ya dispara
La salida de Javi Guerra y Manucho del Real Valladolid el pasado verano dejaba huérfana la parcela ofensiva para este curso. Era obvio que el descenso de categoría del club blanquivioleta desencadenaría una cobarde estampida general muy difícil de suplir. A los mandos Braulio Vázquez y con la confianza que le otorgaba la novedad, los fichajes fueron llegando. Entre ellos, dos delanteros: Roger Martí y Óscar Díaz. Pronto se vería que el primero tendría las de ganar sobre el segundo. Tristemente, una inesperada y fatídica lesión de rodilla en El Molinón a finales del mes de septiembre, lo apartaría de los terrenos de juego más de media temporada. Con épocas en las que se le ha echado mucho de menos, el punta valenciano reaparecía el pasado sábado en Montilivi.

Con poco más de 20 minutos sobre el césped, poco pudo hacer Roger pero frente al Club Deportivo Mirandés ya era de la partida. Se lo había ganado con una puesta a punto indescriptible y llena de coraje. Así, con la pistola bien cargada, al primer intento, conseguía el gol. Disparo certero, previo desmarque en velocidad y Roger volvía a mojar. Mucha calidad pero, sobre todo, sus ganas, su lucha y su intensidad, lo hacen especial. Con su regreso, Óscar Díaz, Túlio De Melo y Jonathan Pereira tienen un problema pero el Real Valladolid una bendición.

Las segundas partes nunca fueron buenas
Al filo del descanso, con un buen marcador a favor, Desde la grada de Zorrilla se frotaban las manos por dos aspectos. El primero, la tranquilidad con la que todo el estadio iba a merendar con ese resultado a favor. El segundo, la posibilidad de que los fantasmas se alejaran y de nuevo, el José Zorrilla, viviera una de esas tardes que acaba con goleada local y por qué no, con la presencia de la siempre ansiada y querida ola pucelana. Desgraciadamente, en el tiempo del bocadillo, los temidos fantasmas se quedaron.

Parece inexplicable como un plantel, supuestamente, de las garantías del Real Valladolid pueda verse tan superado por un rival en su propio feudo, goles incluidos. Uno no da crédito al bajón táctico y físico que experimentan los de Rubi. Si a él, le sumas que los propios jugadores señalan que han sido ellos mismos los que han reculado, la sensación es de mucha preocupación. Quedan pocas jornadas para el final pero con estos problemas en algunas fases del juego, un día puede salirte bien y dos no.

Con la mira puesta en el Sabadell
En este sprint final liguero, jugar dos encuentros consecutivos como local puede auparte a unas posiciones muy ventajosas dentro de la tabla clasificatoria. Si se sacan adelante estos seis puntos, perfecto. El Real Valladolid podrá respirar cómodo. Por el contrario, caer y no conseguir dos victorias puede ser un problema grave en tu estadio y ante tu gente. Por ello, estos dos partidos son dos grandes oportunidades para el Real Valladolid.

Se trata de dos buenas opciones para no perder el tren del ascenso directo. Tres puntos ya están en el zurrón blanquivioleta, ahora falta rematar la faena. El Sabadell será el juez de esta suma global. Con necesidad de sumar para salir del pozo, los de Mandiá no se lo pondrán fácil a los pupilos de Rubi. Ante los catalanes tocará pelear y buscar el ansiado seis de seis puntos en ocho días.

«Desde la grada de Zorrilla», por Enrique Álvarez Herrero (@EnriqueAH10)