En noviembre de 2010, el Real Valladolid de Antonio Gómez recibía su último 4-0 en Segunda división. Desde entonces, todos los entrenadores han recibido una goleada
• Antonio Gómez, en 2010, fue el último entrenador del Real Valladolid en encajar una goleada así en Segunda.
• Desde entonces, el Real Valladolid ha disputado 105 partidos en la categoría de plata y ningún marcador así.
• Pese a no ser goleados y no hacerlo en liga, todos los entrenadores han vivido partidos con goles encajados.

Caer derrotado por el marcador (4-0) con el que el Real Valladolid se marchaba en la mañana de ayer del estadio Benito Villamarín es más propio de otra categoría. La dimensión blanquivioleta cuando está en la élite le lleva a resultados como éste. Sin ir más lejos, la temporada pasada el Granada le endosó el equipo de Juan Ignacio Martínez un resultado así. Pese a tratarse de un rival directo por el objetivo de la salvación, la excusa de ser un encuentro de la hoy llamada ‘Liga BBVA’ sirve como parapeto para unas críticas de las que el alicantino no se salvó pero sí consiguió esquivar en cierta medida. En esta ocasión, posiblemente nada valga y la crítica sea muy elevada. La ocasión lo merece. Por muy justificado que esté un mal partido, una goleada así debilita a un grupo al que se le exige estar en posición de ganar en todos los partidos. Por nombre de los jugadores y nivel del vestuario, siempre debe ser así.
La tendencia que ha adquirido el equipo durante la temporada es importante. Ésta te llevará o no hasta un marcador así. El año pasado en Granada el equipo estaba mal. Había tocado fondo. Lo triste es que en esta ocasión no era así. El Real Valladolid llegaba bien al encuentro y, por ello, el resultado chirría demasiado. Por llegar tras golear al Sporting de Gijón y por el hecho de ser un encuentro en Segunda división, el marcador sorprende mucho más. Es tan poco usual que el equipo blanquivioleta caiga derrotado así que el club no recibía una goleada así en la categoría de plata desde hace 105 partidos. En concreto desde el 21 de noviembre de 2010. Aquel día, el equipo entrenado por Antonio Gómez era goleado (4-0) en Chapín ante el Xerez. La goleada no se quedó sólo e el marcdor sino que provocó el inicio del fin de la etapa del madrileño en el estadio José Zorrilla
Cuatro años después. Grandes similitudes
Aquel ya alejado encuentro en Jerez de la Frontera tiene muchas similitudes con el reciente disputado en Sevilla. Demasiadas. Ambos encuentros se disputaron en la mañana del domingo. En los dos duelos, el primer entrenador pucelano estaba sancionado y su segundo dirigía al equipo. Torres Gómez hace cuatro años y Jaume Torras ayer. Con ambos, el equipo se hundió en los últimos minutos. Como ocurrió en Sevilla, los últimos minutos del partido en Jerez fueron muy dolorosos para el Real Valladolid. Tres goles con la misma firma que cerraban la goleada.
Si ayer era Rubén Castro el que firmaba los tres últimos tantos, en el estadio de Chapín aquella mañana fue Jose Mari el gran goleador. Tres goles suyos cerraban un partido que terminaba en goleada. El marcador de ayer (4-0) deja aún más marcado el Benito Villamarín en la memoria pucelana, como en su momento ocurrió con Chapín.
En el estadio jerezano, pocos meses antes de esta goleada de plata, el Real Valladolid había comprado su billete para el descenso de 2010. La tristeza fue tanta como hace sólo unos pocos meses cuando el Pucela caía derrotado (4-3) ante el Real Betis. De esta forma, ambos estadios quedaron marcados en la historia pucelana. Ese mal recuerdo creció al ver que semanas después había que volver. La categoría era distinta pero el recuerdo aún peor. Una goleada así en Segunda división duele mucho más.
Cinco supervivientes
Cuatro años en el mundo del fútbol devoran jugadores, entrenadores y proyectos. Por ello, resulta difícil poder encontrar supervivientes de aquella dolorosa derrota en Jerez y que ayer vivieran la de Sevilla. Curiosamente hay cinco, aunque no todos de blanquivioleta. En aquella mañana el Real Valladolid saltaba al terreno de juego con: Jacobo; Barragán, Javi Baraja, Jordi Figueras, Guilherme; Jesús Rueda, Álvaro Rubio; Nauzet Alemán, Sisi, Jorge Alonso; y Javi Guerra. Durante el encuentro saltaron Antonio Calle, Álvaro Antón y Jofre Mateu mientras que no llegaron a jugar ningún minuto Justo Villar, Carlos Peña, Raúl Navas y Quique González.
De entre todos estos futbolistas, tres repitieron la goleada. Jesús Rueda y Álvaro Rubio desde el campo y Carlos Peña desde el banquillo. No fueron los únicos. Jordi Figueras, ahora central verdiblanco, vio ayer la goleada desde el otro sector, de igual forma que Óscar Díaz lo hizo en 2010 cuando formaba parte del Xerez. El actual ‘7’ blanquivioleta disputó aquella mañana 75 minutos de la goleada.

Un entrenador, una goleada
Hablar de una goleada así, es hacerlo de una categoría superior. No hay duda. Resulta difícil de entender que el Real Valladolid caiga goleado así pero es más frecuente de lo que parece. Desde que Carlos Suárez es presidente y mientras que el Real Valladolid ha competido en Segunda división, sólo un entrenador, Sergio Kresic, se ha librado de una horrible tarde. José Luis Mendilibar y Miroslav Djukic vivieron un día triste durante sus temporadas en Segunda división pero no en la competición liguera. Ambos fueron eliminados de Copa del Rey tras una goleada (4-1) similar. La diferencia se veía en el rival. Pese a ser gallegos los dos, el Celta en 2011 era de Segunda división mientras que el Deportivo en 2007 de la élite.
Como ellos, Marcos Alonso también fue señalado después de caer goleado (6-1) en Cádiz en mayo de 2005. Una de las goleadas más escandalosas de la historia del Real Valladolid en Segunda división puede que no sea el partido más recordado. Si no lo es, además de por la amargura, es por la sombra que hace el debut de Abel Resino como blanquivioleta. En el estreno del toledano en el Real Valladolid, su derrota (4-5) ante el Numancia no destaca por ser una goleada pero sí por una fragilidad defensiva mucho más alta que en el resto de tristes partidos mencionados.
Demasiados encuentros recordados. Varios días para olvidar de la historia blanquivioleta, una parte de la vida del club que está discurriendo demasiado en Segunda división. Con tantas temporadas de plata en los últimos años es casi imposible que encuentros así no salgan a luz. Lo positivo, por llamarlo de alguna forma, es que estos partidos no se repiten con frecuencia sino con un intervalo de tiempo de más de 100 partidos. El que no se consuela es porque no quiere.