Si Álvaro Rubio se encuentra superado en el terreno de juego, el Real Valladolid tiene muy lejos la victoria. En el papel del riojano está la victoria o la derrota pucelana

¿Por qué es Álvaro Rubio el personaje del partido ante el Real Betis?
• Tras el gran partido ante el Sporting, Álvaro Rubio volvía a liderar el planteamiento en el centro del campo.
• El capitán, como el resto del equipo, estuvo superado por el rival desde el inicio del encuentro. Nunca fue él.
• Si al futbolista riojano le supera el partido, como en esta ocasión, el Real Valladolid tiene difícil la victoria.
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El Real Valladolid disputaba un gran partido el pasado sábado ante el Sporting de Gijón. Ante los asturianos, la lectura de los tres centrocampistas fue perfecta y lo fue en parte por el sublime partido de Álvaro Rubio. El capitán regresaba al once inicial tras cinco partidos y el equipo lo agradecía. Como en semanas atrás e, incluso, en temporadas pasadas quedaba demostrado que el riojano hace ‘Real’ al Valladolid y que su presencia en el once titular es vital para que el proyecto de Rubi controle el esférico y los partidos. Con él, el partido es uno y sin él, otro bien diferente. Diferenciando un buen Pucela con una terrorífica versión del equipo.
Estas versiones tan diferenciadas hacían obligatoria la presencia del capitán para el encuentro de Heliópolis. La sensación exagerada de “final” estaba en el ambiente y sin él, el Real Valladolid no podía plantear el partido. El ‘18’ sabe leer los partidos y los maneja a su antojo y a aquel que marca Rubi. Con su presencia en el terreno de juego, el Real Valladolid gana en presencia en el centro del campo, en dominio del balón y en ese equilibrio tan básico en un plantel con tanta potencia en ataque como el actual Pucela. Sin Álvaro, el Real Valladolid se parte con facilidad y no encuentra la estabilidad que ni él ha sabido instaurar en Sevilla. Pese a su presencia, el Real Betis ha dominado el partido, el juego y todas las ocasiones. El juego ha superado al Real Valladolid y a Álvaro Rubio. Ambos han estado perdidos en el encuentro y si el capitán no se entona y el partido le supera, la victoria se aleja tanto como en este encuentro.
Un interior de balón
Luis Enrique Martínez, entrenador del Fútbol Club Barcelona, afirmaba tras ganar al Rayo Vallecano que había colocado en el centro del campo a Andrés Iniesta y Xavi Hernández para darle al equipo esa templanza y estabilidad de posesión que el equipo necesitaba ante una presión tan alta y constante como la vallecana. Esa misma idea la copiaba Rubi en su partido. Ante un centro del campo rival con dos futbolistas de fuerza y contención como N’Diaye y Lolo Reyes, su presencia era vital.
Con él en el centro del campo, el Real Valladolid buscaba superioridades con el balón. Cuando el centro del campo robara el esférico, el ‘18’ debía unirse a André Leão y David Timor para dar tranquilidad y posesión al equipo. Debía dar ese fútbol que el planteamiento rival no podía tener por el perfil de sus jugadores. Pese a esta diferencia de estilos, fueron los verdiblancos los que se impusieron tanto en intensidad como en juego.
Álvaro Rubio ni supo ni pudo liderar al equipo. Ni él ni ninguno de sus compañeros de centro del campo estuvieron finos para poner esa pausa de tranquilidad y fútbol que le había llevado a Rubi a colocar los tres centrocampistas por segunda semana consecutiva. Ante el Sporting, la idea salió a la perfección. Álvaro Rubio la hizo buena. En esta ocasión, el riojano no estuvo entonado y el equipo lo pagó con un mal partido, un encuentro desastroso que acabo con una goleada más propia de otra categoría.