La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

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Cómo perder el respeto para imponer otro deseo

Tras una mala gestión para su salida, Dani Hernández eliminaba gran parte del respeto ganado las dos temporadas anteriores. Se marcha tras 38 partidos oficiales

• La presión y la falta a un entrenamiento cierran de una forma negativa la etapa pucelana de Dani Hernández.
• El cancerbero venezolano abandona el Real Valladolid con la etiqueta de ser el portero del ascenso de 2012.
• Con su deseada marcha al Tenerife, cierra dos años y medio de pucelano en los que ha disputado 38 partidos.

Dani Hernández durante el encuentro de pretemporada disputado el pasado verano en Luarca (Dawlad Ast)
Dani Hernández durante el encuentro de pretemporada disputado el pasado verano en Luarca ante el Real Oviedo

En agosto de 2011 el Real Valladolid realizaba un movimiento difícil de comprender. Dejaba marchar a Javi Jiménez, portero que había terminado la anterior campaña como titular en el fatídico play-off en Elche y en 17 partidos anteriores, tras no llegar a un acuerdo para su renovación. En su lugar firmaba a un Dani Hernández que llegaba al estadio José Zorrilla tras haber pasado por tres equipos en las dos últimas temporadas y haber disputado solamente 20 partidos. Las bajas cifras de su juego en equipos de Segunda y Segunda división B demostraban que el venezolano firmaba para ser sustituto de Jaime Jiménez, también recientemente llegado en aquel verano.

Durante aquel primer año, Dani Hernández estuvo en la sombra. Sin opción de crecer ni de jugar, la temporada regular pasó inadvertida para el venezolano. Solamente dos partidos, uno tras la expulsión de Jaime ante el Alcorcón y otro más en Guadalajara, resumieron la parte principal de la temporada para él. Pese a que su estreno fue a lo grande, parando el penalti por el que fue expulsado su compañero, pero no gran amigo, Jaime Jiménez, nadie dudaba quién era el titular y quién el suplente. Aquel año, hasta Miroslav Djukic lo tenía claro. Su trabajo aquella temporada fue encomiable. A la sombra y esperando su oportunidad, Dani forjaría grandes amistades en el vestuario. Marc Valiente, Javi Guerra, Mikel Balenziaga y, sobre todo, Jesús Rueda crearon un vínculo que nunca se ha roto. En las últimas semanas, el propio Jesús Rueda defendía a su compañero y amigo cuando éste se negó a entrenar con el Real Valladolid. La actitud criticada y sancionada por el extremeño en temporadas pasadas, cambiaba para defender a un compañero, un amigo y a aquel portero que defendió la meta pucelana en el play-off de ascenso del 2012.

Punto álgido y soñado
Como en la temporada 2011/2012 el trabajo del venezolano fue extraordinario, su rendimiento en el play-off de ascenso fue muy alto. Pese a los sustos de la final, con el fallo en el gol alfarero y en una jugada en la recta final, la nota del venezolano en los cuatro partidos que tuvo que disputar fue alta. Asistencia, buenas paradas y mucha sangre fría para manejar los tiempos invitaron a pensar que el futbolista debía seguir en Valladolid y cumplir su segundo año de contrato en Primera división.

Si su primera temporada anterior fue de sombra, trabajo y disponibilidad, la segunda fue la suya. Tras una decisión inesperada y poco lógica de Djukic, Dani debutaba en Primera división a finales del mes de octubre de 2012. Sorprendentemente, tras una semana fuera de Valladolid por compromisos internacionales, Dani debutaba y se hacía con el puesto de titularidad. El venezolano le ganaría el puesto a Jaime durante 24 jornadas. A siete jornadas para el final, las tornas cambiarían de nuevo y Dani volvía a un rol secundario que ya nunca abandonaría y que le ha valido para dos salidas: una cesión y el traspaso definitivo al Tenerife.

Dudas muy costosas
Pese a que por su currículum se pueden entender esos 24 partidos en la élite como la mejor presentación del venezolano, lo cierto es que esa temporada hizo mucho daño a los porteros del Real Valladolid y al propio club. Aquel cambio de dirección de Miroslav Djukic fue una de las decisiones más controvertidas de los últimos tiempos. La sensación de cuestiones internas debilitó la confianza de ambos porteros y creó la obligación de finiquitar una relación entre ambos que se había roto aún más en ese tramo de la temporada. Ya sin Djukic en Valladolid y buscando la gloria que no encontró en Valencia, Juan Ignacio Martínez eligió a Jaime y descartó a Dani. Por encima de los dos estaba Diego Mariño, recién llegado al club en el verano de 2013.

Con un puesto ya no en la sombra sino en un escalafón aún muy inferior, Dani hizo las maletas a Grecia. El puesto de titular que se le ofrecía desde el Asteras Trípoli era básico para poder luchar con Venezuela y llegar al Mundial del Brasil. Antes de marcharse y toparse con una realidad muy dura en los últimos meses el su cesión helena, renovaba su contrato con el Pucela. A su vuelta, aún tendría un año más de unión con el Real Valladolid, aquel club que le dio la oportunidad cuando el Real Murcia en Segunda división B sólo le había dado cuatro encuentros.

El peor final posible
Pese a lo vivido en las dos temporadas anteriores con un rol más secundario que principal y una seria lesión en Grecia, Rubi confiaría en él para el inicio de temporada. El preparador catalán se olvidaba de las negociaciones de club y jugador para romper el contrato y premiaba su trabajo y dedicación de la pretemporada. Hasta la llegada de Javi Varas y una salida de Dani para concentrarse con su selección, el venezolano era titular y comenzaba su último año de contrato en Valladolid con ilusión y grandes expectativas.

Lo triste llegaría cuando el cuerpo técnico impuso la lógica y apostó de forma abierta por el portero hispalense. Con Javi Varas asentado bajo palos, llegó el final de la etapa del portero en Valladolid. Parecía una maniobra estudiada minuciosamente pero que pudo salirle cara al futbolista. Su reto al club cerca estuvo de no dar los resultados que él esperaba. Afortunadamente para él, su carrera seguirá en Tenerife aunque como es habitual en él en las últimas temporadas, con la sombra de Venezuela más fuerte que nunca.

ESPECIAL sobre la salida del portero venezolano:
«Dani Hernández, de nuevo, apuesta por Venezuela», artículo sobre la marcha del venezolano.
«Carlos Suárez y la obligación de respetar su club», artículo tras su negación a entrenarse. [20/01/15]

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte