Pese a estar vivo hasta la última jornada, el Real Valladolid moría deportivamente tras el duelo ante el Celta de Vigo en Balaídos. El equipo tocó fondo y cerró el ataúd
• El Real Valladolid cerró el mes de abril con tres duelos por el aplazamiento del partido ante el Real Madrid.
• La derrota (4-1) ante el Celta de Vigo fue un mazazo que hizo perder toda la ilusión al entorno blanquivioleta.
• Se cumplió otro mes sin ganar y con sólo dos puntos obtenidos por los empates (0-0) ante Valencia y Osasuna.
El Real Valladolid descendió en el mes de mayo y en la última jornada del campeonato pero semanas antes ya parecía que todo estaba finiquitado para tal desenlace. Después de cerrar el mes de abril sin conseguir ninguna victoria y tras caer derrotados en Balaídos de una forma brusca, el equipo de Juan Ignacio Martínez tenía toda las papeletas para terminar el año entre los tres peores equipos. La tragedia parecía irremediable porque se veía un equipo muerto, sin fuerzas para remontar el vuelo y sin ilusión que transmitir a la afición para afrontar los últimos cuatro partidos ligueros de la mejor forma posible.
A la escasa motivación para el último tramo liguero, había que sumar el tiempo que el equipo estuvo parado por el aplazamiento de su duelo ante el Real Madrid y que generó más tiempo para debates e inquietudes que aumentaron el nerviosismo instalado en el estadio José Zorrilla. Tras los empates (0-0) ante Valencia y Osasuna, el equipo estuvo un fin de semana sin competición oficial, tiempo que, a la larga, pagaría.
La realidad es que al Real Valladolid le sentó mal no competir por el resultado que se cosecharía en Vigo y por la mala imagen ofrecida en el amistoso que se disputaría ante el Burgos en El Plantío. En el duelo ante el equipo de Segunda división B, los de Juan Ignacio cayeron derrotados (1-0) en una muestra más del mal momento que se vivía en la primera plantilla pucelana y que le llevaría a firmar este desastroso mes de abril. El penúltimo tramo de competición fue el preludio del descenso que se firmaría sólo unas pocas semanas después en el propio estadio José Zorrilla.
Se avecina un nuevo Pucela
El fútbol es un continuo movimiento de nombres. Tanto en el césped, como en los banquillos y en los despachos. En el tiempo veraniego se producen movimientos infinitos para formar nuevos equipos de trabajo aunque en el 2014, Carlos Suárez se adelantaría dos meses y comenzó a formar su equipo para la temporada 2014/2015 en abril. El primer nombre que firmaría el presidente blanquivioleta para este nuevo proyecto era Braulio Vázquez, ex director deportivo del Valencia. El ex futbolista gallego llegaba al estadio José Zorrilla pocos días después de la marcha oficial de Antonio Santos.
El ex jugador, entrenador y directivo ponía fin a su etapa futbolística para dejar hueco a nuevos trabajadores. Pese a su marcha, el zamorano procesaba su profundo amor al Real Valladolid, club al que llegó en la década de los 70 y que abandonaba tras más de cuatro décadas. Pese a su despedida, el homenaje tardaría unas pocas semanas cuando el estadio José Zorrilla, su casa, le homenajeó de la forma que él merecía. Tristemente, el final de temporada no fue el que él deseaba ni por el que él trabajó.
[quote style=»3″] Nunca dejaré de estar junto al Real Valladolid.
Antonio Santos se despedía del Real Valladolid tras 40 años en la frase blanquivioleta del mes de abril [/quote]
«UNA DERROTA «MUY FÁCIL DE DIGERIR» Y QUE DEBE UNIR», el artículo blanquivioleta del mes de abril.