El Real Valladolid vive un mal momento ofensivo. La mala racha de juego del equipo coincide con las dudas que Zakarya Bergdich está ofreciendo como extremo diestro
• Zakarya Bergdich, asentado como extremo diestro esta temporada, vive uno de sus peores momentos del año.
• Bloqueado en el juego a pierna cambiada, llega el momento de analizar qué sería del marroquí en la izquierda.
• Sus cualidades de lateral, como ventaja, y el buen momento de Mojica, como desventaja, aspectos principales.

Jesús Rueda, uno de los capitanes del equipo, no quiere que se siga mencionando que el Real Valladolid tiene falta de gol. El defensa central pretende que no se le exija al equipo más de lo necesario. Esta opinión la hace desde una versión de líder que no le evita apreciar la realidad vallisoletana. Haber anotado dos goles en los últimos seis partidos es la muestra más importante de unas carencias ofensivas del equipo que no solo radican en la falta de gol o la creación de un número bajo de ocasiones sino, también, en el mal momento de los jugadores más importantes de la zona más ofensiva de la plantilla.
Mucho se habla del mal estado de forma de Óscar Díaz, Óscar González o Jeffren Suárez pero ninguno de sus compañeros se aleja de estado de estos tres compañeros. Quizás, y solamente por la velocidad mostrada, Johan Mojica merece un capítulo diferenciado. De entre todos los integrantes del equipo, el más señalado es Zakarya Bergdich. El marroquí, asentado como extremo diestro, empieza a mostrar debilidades en su posición que deben, como poco, invitar a la reflexión para saber cuál debe ser su lugar y dudar si en el carril diestro ofrece más alternativas al equipo que en el zurdo.
Profundidad y cambios de ritmo
Cuando el Real Valladolid oficializaba a Zakarya Bergdich como su primer fichaje para la temporada 2013/2014 se hablaba de “cualidades técnicas y físicas”, rasgos que, según su presentación como lateral, se referían a profundidad en el juego de banda y velocidad en todas sus acciones. Por lo que se presuponía de él y lo que se le veía en los primeros amistosos y entrenamientos, el marroquí era un futbolista con muchas cualidades ofensivas pero casi tantas como carencias en su propio campo.
La velocidad para doblar al extremo y llegar a línea de fondo tras generar superioridad en banda no se contrarrestaba con un rigor a la hora de regresar y replegar. Esas grandes cualidades de las que se hablaba desde un inicio se veían claramente pero quizás no con el conjunto que se exige para el fútbol español. Para ser lateral en la máxima categoría española, ofensivamente y físicamente vale con las cualidades del ‘21’ pucelano pero exigiéndole otras muchas. Ahí fallaba Bergdich y Juan Ignacio lo amoldó para otra posición.
Un desorden casi anárquico
Pese a realizar una pretemporada casi completa como lateral zurdo, en su primera titularidad liguera ya tenía cubiertas las espaldas. En El Madrigal, en el duelo en el que muchos comenzaron su injustificada cruzada ante el nuevo cuerpo técnico, Zakarya Bergdich ya iniciaba por delante del lateral izquierdo. Acompañando en el costado a Carlos Peña, el marroquí tenía libertad para moverse por toda la zona ofensiva. En esta posición pero, sobre todo, con esa libertad, Bergdich comenzaba a mostrar de lo que es capaz.
Se veía un juego desordenado, a veces anárquico, pero que un estilo que conseguía enloquecer al rival porque éste no sabía por dónde defenderlo. Por fuera o por dentro, Bergdich tenía el objetivo claro de pisar área para buscar el último pase o la portería rival. De una forma u otra lo que estaba claro era que Bergdich sorprendía como extremo porque lejos de mostrar grandes cualidades o un exquisito golpeo de balón, añadía frescura y alternativas al juego ofensivo del Real Valladolid.
Diagonales y juego interior
En esos primeros duelos, Bergdich gustó y llegó a convencer, detalles que ahora, más de 15 meses después de sus primeros minutos como pucelano, no parece renovar. El jugador vive un mal momento. Como todos los jugadores ofensivos del Real Valladolid, éste no es su mejor estado. Le falta frescura, determinación y sorpresa. Bergdich está empezando a acusar el mayor problema que podía tener su juego y es que está comenzando a ser previsible.
En la banda derecha, su juego se reduce mucho y desde esa demarcación comienza con movimientos predecibles y fáciles de cubrir. En el costado diestro, sus opciones se minimizan al juego interior. Él busca su pierna buena y sólo lo puede hacer con conducciones hacia el área. Parte hacia dentro dejando atrás a un Javi Chica que le toca buscar toda la profundidad. Con el lateral catalán se consigue, incluso con Xavi Carmona más, pero a Chus Herrero le cuesta aún mucho afrontar el ataque de uno y de otro. El defensa zaragozano no tiene excesivo recorrido por lo que la profundidad con él en el carril del ‘2’ y Bergdich más adelantado, es mínima. Además, de esta forma el equipo comienza a acumular jugadores en la zona central para iniciar sus problemas ofensivos por la poca claridad en el último cuarto de campo.
Por el contrario, en el costado zurdo, las opciones del marroquí crecen. En el puesto de ‘11’, el ex del Lens ofrece juego interior y exterior, además de alternativas para la segunda y tercera línea. Con los movimientos en la izquierda, las posibilidades ofensivas crecen y el futbolista puede ofrecer todo aquello de lo que el equipo carece en estos momentos. Es cierto que el puesto de carril zurdo está cubierto por Johan Mojica, uno de los jugadores más en forma del campeonato, pero no se debe olvidar que éste es el puesto de Bergdich y en el que más rendimiento se le puede sacar. En definitiva, una buena opción que el Real Valladolid está olvidando en los últimos meses.

