El duro frenazo mallorquín a la carrera de Alfaro
En sus tres temporadas en Mallorca, Alejandro Alfaro vio frenada la gran evolución que mostraba antes de su fichaje. El andaluz ha firmado dos fracasos deportivos
• En 2011, Alfaro firmó un contrato por cinco temporadas por el Mallorca que no ha dado alegrías al futbolista.
• Tras un descenso y un no ascenso a Primera, el andaluz tuvo que poner fin a su etapa bermellona con tristeza.
• Individualmente, su triste etapa en el RCD Mallorca termina con 105 partidos disputados y 19 goles anotados.

Tras su éxito en Tenerife y después de conseguir un dorsal de primer equipo en el Sevilla F.C., las expectativas de Alejandro Alfaro, nuevo jugador del Real Valladolid, eran muy altas. Hace sólo tres años, el polivalente atacante pucelano era uno de los jugadores más valorados del mercado nacional. Su éxito en Canarias, con ascensos y goles, y la buena temporada en la primera plantilla hispalense aumentaban las posibilidades de un futbolista de sólo 24 años que estaba llamado a tener un sitio privilegiado en la élite del fútbol español.
Con todo ello, Alejandro Alfaro firmaba un envidiable contrato con el Real Club Deportivo Mallorca. Cinco temporadas a razón de un buen sueldo en cada una de ellas. Con la firma por el equipo que entrenaba Michael Laudrup a su llegada, el nuevo jugador blanquivioleta se ilusionaba ante una sublime oportunidad que terminaba hace pocas semanas con mucha más pena que alegría y con unas expectativas e ilusiones que no cumplió pero que tampoco rozó ya que, pese a ser titular siempre y cerrar buenas cifras, del Alejandro Alfaro que llegó a Mallorca en 2011 se esperaba más, mucho más.
El ejemplo del proyecto
Analizando globalmente el periplo de Alejandro Alfaro en el Mallorca y antes de calificarlo hay que destacar la cifra de siete entrenadores. Desde Laudrup en 2011 hasta Javier Olaizola en las tres últimas jornadas de la pasada temporada, han sido cinco preparadores más los que han alineado al onubense de bermellón. Evidentemente se ha tratado de una inestabilidad deportiva que, acompañado de la institucional, ha influido mucho para que un proyecto ambicioso rozara la Segunda división B y dejara al nuevo blanquivioleta en una mala situación y con la obligación de salir del club.
El canterano sevillista, llamado a ser una de las estrellas del equipo, nunca supo asumir su rol y se perdió entre la locura del proyecto. Pese a que esos constantes cambios de dirección del vestuario no le sacaban del once bermellón, Alfaro perdía cada vez más frescura, más calidad para terminar siendo menos determinante. El nivel del futbolista era tal que el jugador puede ser considerado el mejor ejemplo de la pérdida de prestigio del club. El último punto de este descenso ha sido durante el presente verano cuando su sueldo era inviable para el club y le obligaba a hacer las maletas.
Un objetivo y dos fracasos
Alfaro se marchaba del R.C.D. Mallorca hace sólo unas semanas. Tras él dejaba un duro recuerdo y unas expectativas no cumplidas. Además de la tristeza individual, el nuevo blanquivioleta deja el recuerdo de un objetivo cumplido con la permanencia de 2012 pero dos fracasos tras el descenso de 2013 y el no ascenso de 2014. Con todo ello, se cierra una etapa en la carrera de Alfaro, un tiempo que comenzó con ilusión y el contrato deseado por cualquiera y que ha terminado con la sensación de que nadie añorará al futbolista en tierras mallorquinas.
