El Pucela llega a 30 sesiones de entrenamiento en el comienzo de su quinta semana de preparación. Los de Rubi viven el momento más importante de la pretemporada
• En la quinta y antepenúltima semana de preparación, el Pucela vivirá el momento más decisivo de su preparación.
• Con el triangular en Zamora y el duelo ante el Éibar se verá el nivel blanquivioleta a sólo dos semanas del debut.
• Antes de ese estreno, los de Rubi deberán pulir detalles sobre una idea de juego definida pero aún mejorable.
El Real Valladolid de Rubi vive su quinta semana de preparación, tiempo en el que ha superado las 30 sesiones de entrenamiento. Con 10 días de sesiones dobles y sólo cuatro días de descanso desde el inicio del pasado 10 de julio, el nuevo proyecto blanquivioleta va tomando forma. Pese a que como se vio el pasado sábado en Luarca, ante el Real Oviedo, aún resta mucho para ver el verdadero nivel al que puede llegar este equipo, se empieza a vislumbrar un estilo y una marca definida. Tras conocer al nuevo cuerpo técnico y sus ideas, formarse en Mondariz y disputar tres encuentros amistosos, el Real Valladolid afronta una semana decisiva para su puesta a punto y el conocimiento real de en qué nivel está el equipo y cómo marcha la aclimatación de los fichajes.
Una semana decisiva
Con el debut en Asturias de David Timor y Johan Mojica, el Real Valladolid daba la alternativa a todos los jugadores en la pretemporada, salvo al lesionado Óscar González. Con 45 minutos de juego para el colombiano y el valenciano, todas las incorporaciones se han dado a conocer pero no es toda su extensión. En Galicia, en el stage de Mondariz, con la entidad de los rivales y el planteamiento del cuerpo técnico y en Asturias, con la multitud de cambios y la excusa absurda del mal estado del césped, pocas conclusiones se han obtenido para el cuerpo técnico pero esta semana ya no hay otra opción.
Con el triangular en Zamora, ante dos rivales de Segunda B, se volverá a dar la oportunidad a todos los jugadores y se verá un “entrenamiento” más del equipo, pero el sábado comenzará lo bueno. Ante la Sociedad Deportiva Éibar, el equipo de Rubi tendrá presión. No será una exigencia muy alta pero sí aquella propia del segundo partido más importante de la pretemporada, viendo el duelo ante el Rayo Vallecano como la prueba final. Ante los vascos se deberá ver un buen nivel del equipo a sólo 15 días de recibir al Mallorca en el estadio José Zorrilla. Ante el histórico club armero ya no habrá excusas. Con más de 35 sesiones de entrenamiento con las que se llegará a Aguilar de Campoo y los cinco encuentros amistosos disputados, si se divide el triangular en partidos ante Zamora y Guijuelo, el Real Valladolid deberá mostrar el estilo que ha creado de una forma más asentada y con menos fisuras que en Luarca donde, pese a la gran primera parte, el equipo mostró carencias.
Un estilo propio
Pese a la injustificada versión del césped a la que aludía Rubi tras el final del partido en Asturias, el Real Valladolid mostró ante el Real Oviedo una pequeña porción de todo lo que está trabajando desde el pasado 10 de julio. Presión muy alta a la hora de defender, intención de recuperar rápido el balón tras una pérdida, juego interior de los extremos y profundidad de los laterales. Estas cuatro premisas marcan parte del estilo que el Real Valladolid pondrá en práctica esta temporada. La idea está clara, la evolución sobre ella llegará con la plantilla cerrada y el afianzamiento de los partidos pero en esta quinta semana el Pucela debe dar un paso más en su crecimiento.
Pese a que las sensaciones de la pretemporada casi nunca adelantan lo que ocurrirá durante el resto del año, esta quinta semana de preparación es vital para afianzar el estilo y para mostrar ese margen de ventaja con el que el Real Valladolid ha comenzado a preparar toda la campaña. En una ‘Liga adelante’ en la que muchos equipos no saben cuál va a ser su plantilla ni, incluso, su futuro a corto plazo, el Pucela parte con una teórica superioridad. Desde el inicio ha sabido cuál es su camino y cómo lo debe seguir. Así, desde el exterior se aprecia una idea clara en este nuevo proyecto blanquivioleta que, para esta quinta semana de preparación, se marca como objetivo demostrar su patrón de juego como en los anteriores partidos no ha hecho.