Juan Ignacio Martínez y Rubi, pasado y presente del banquillo pucelano, han sido vitales en el crecimiento de Chus Herrero. Con ellos se ha visto su mejor versión
• Tras salir del Real Zaragoza, Juan Ignacio Martínez dio en el Cartagena el empujón necesario a su carrera.
• Con Rubi en el Girona, Chus Herrero realizó la mejor temporada de su carrera, en minutos y en rendimiento.
• Tanto Juan Ignacio Martínez como Rubi son vitales para ver la versión de Chus Herrero que llega a Zorrilla.

En la carrera de Chus Herrero, nuevo jugador del Real Valladolid, hay dos entrenadores con un peso más elevado que el resto. Joan Francesc Ferrer y Juan Ignacio Martínez, presente y pasado más reciente del banquillo pucelano, ocupan los puestos más altos en el listón del jugador zaragozano. Con ellos se vio el mejor nivel del defensa central en la demostración de la evolución y la consagración que la carrera del futbolista pedía. Con los 45 partidos disputados en el Fútbol Club Cartagena del entrenador alicantino se vio un Herrero con confianza y que sabía qué debía hacer. En Cartagonova mostró un nivel muy alto, tan elevado como para indicar que estaba preparado para luchar por un nuevo ascenso, una oportunidad que llegó en Montilivi.
En las filas del Girona y bajo la batuta de Rubi, el nuevo entrenador del Real Valladolid, el defensa central se consagró como profesional. Disputó 32 partidos oficiales y lideró a la zaga rojiblanca en un año histórico. El entrenador catalán consiguió que se viera una versión mejorada del futbolista hasta el punto de mejorar ostensiblemente el nivel de Cartagena. En Montilivi se apreció a un Chus Herrero con liderazgo, prestancia y una confianza tan alta como para convertirse en uno de los ídolos de la afición del Girona.
Vital hasta el último día
Con ese nivel de juego en Cataluña, y pese a las lesiones que le lastraron en la última temporada, el futbolista fue capaz de ponerse el mono de trabajo para ayudar al equipo en un día tan peliagudo como fue la última jornada liguera ante el Deportivo de la Coruña. En aquel duelo, que podía terminar con el descenso de categoría, Machín confió en un tocado Herrero. El status que se había ganado en Montilivi gracias, entre otros asuntos, a la gran confianza mostrada por Rubi, era tan alto que pese al bajo estado de forma provocado por las lesiones nadie dudaba del nivel que podía mostrar.
Así, tocado pero con confianza, el nuevo jugador del Real Valladolid saltaría por última vez a Montilivi para dejar al equipo en la categoría en la que llegó pero que había perdido. Curiosamente, si se pudo producir la llegada del nuevo blanquivioleta a Cataluña fue por el descenso del Cartagena. Sin Juan Ignacio Martínez en El Cartagonova, el proyecto se cayó y el ‘efesé’ descendió. En aquella fatídica temporada, Chus mostró un buen nivel, por encima de sus compañeros, pero nada sirvió. El desmantelamiento de entrenador y compañeros que sufrió el jugador zaragozano lo dejó desguarnecido para salvar la nave blanquinegra.
Gran amigo de Víctor
Sin Juan Ignacio Martínez, reciente ex entrenador pucelano, el proyecto en Cartagena hizo aguas. La idea del club pasó por un cambio de dirección que terminó con símbolos tan importantes para el club como elex blanquivioleta Víctor Manuel Fernández. El histórico ‘21’ blanquivioleta formó parte del vestuario de Chus en sus dos primeros años. Con él hizo una gran amistad, relación que siguen guardando y que, posiblemente haya valido para este fichaje tanto como el conocimiento que Rubi tiene sobre él. Pese a la salida del extremeño de la entidad pucelana, Víctor es blanquivioleta y sólo busca lo mejor para el club y él considera que firmar a su amigo Chus Herrero es tan bueno para el club como para el jugador.
