La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

El descenso de 2014

El fútbol siempre termina siendo justo para todos

Un equipo que ha sido incapaz de vencer dos encuentros de manera consecutiva y que solo ha ganado un partido fuera de casa, está condenado a descender

Imagen de El Norte de Castilla
La visión del descenso, por Sergio Aranda

Días duros para todos los blanquivioletas de corazón, la temporada ha sido muy complicada y pocos momentos dulces podemos rescatar. Decir que el descenso era inesperado es engañarnos a nosotros mismos. El final de este Real Valladolid ya se venía vislumbrando desde que arrancó la temporada. Fichajes extraños, lesiones en jugadores clave, cambio inesperado en la portería, salida en el mercado invernal de uno de los mejores hombres de la plantilla, y lo que para mí es más grave, no contar durante un largo periodo de la temporada con un campo habitual de entrenamiento. En definitiva, circunstancias que nos venían anunciando el triste desenlace, un nuevo descenso, algo a lo que tristemente nos estamos acostumbrando.

Desde la directiva y la secretaría técnica no se ha hecho nada para remediarlo pero jamás sabremos cuál hubiera sido el resultado con otro entrenador. Algunos piensan que la plantilla no daba para más, pero me niego a pensar eso, más aún cuando el núcleo principal de este equipo se ha mantenido desde la época de Miroslav Djukic (ascenso y salvación holgada) y con el serbio sí funcionaron, por lo tanto un alto porcentaje de culpa de este descenso es de Juan Ignacio Martínez, quien en 38 jornadas no ha conseguido imponer al equipo un estilo de juego y mucho menos dotarlo de actitud y carácter para afrontar los partidos clave.

¿Y ahora qué?
Tras la tragedia la pregunta que todos los aficionados nos hacemos es saber qué nos espera en Segunda división. Yo voy a tirar del tópico, y creo que tras leer muchas opiniones coincido con la mayoría. Me gustaría ver un proyecto de cantera, dando confianza a alguno de estos muchachos que tan cerquita tienen el ascenso a la división de bronce y complementarlos con gente importante del actual vestuario. Imprescindible un entrenador que imponga un estilo de juego claro y que no se corte al tirar de la gente joven. Esto no es algo que se construya de hoy para mañana, incluso puede llevar varias temporadas (el Celta es el espejo donde mirarnos) por lo tanto debemos de ser consecuentes y si queremos este tipo de proyecto debemos ser muy pacientes desde la grada.  

¡AÚPA PUCELA!