Los vaivenes tácticos de Juan Ignacio han marcado su estancia en Valladolid. En ninguno de los 40 partidos oficiales disputados, el Pucela ha sido lo que él esperaba

Hace pocas semanas el Liverpool era el mejor colocado para alzarse con la Premier League que finalmente se ha llevado el Manchester City de Manuel Pellegrini. Tras más de 20 años el Liverpool podía convertirse en campeón liguero y las dudas asaltaban a los seguidores y a los periodistas. ¿Qué está haciendo su entrenador para llevar al Liverpool a estas cotas? ¿Cómo es realmente el fútbol y el trabajo de Brendan Rodgers? Con el preparador en la cresta de la ola, las entrevistas a sus jugadores crecían y todos hablaban maravillas de él, de su juego, de su trabajo y de sus planteamientos.

Tanta alabanza era curiosa porque al comienzo de temporada el entrenador había sufrido muchas críticas. El preparador había diseñado un equipo con muchas variables y diferentes sistemas de juego. Tan pronto el equipo jugaba con dos puntas como salía con una línea defensivas formada por cinco hombres. Los cambios no eran sólo de dibujos o sistemas sino también de estilo. Rodgers marcaba diferentes pautas a sus jugadores para, dentro de la filosofía general, adecuarse algo más al estilo del rival. Con su idea de equipo, el Liverpool ha acoplado los detalles del juego para hacer daño al rival. Buscaba transiciones más rápidas o una presión más alta. Diferentes ideas que Rodgers y su equipo diseñaban para cubrir mejor todas las facetas del partido. Los ingleses lo han conseguido a la perfección a lo largo de toda la temporada. Pese a no alzarse con el título, el entrenador ha sido galardonado como mejor preparador del campeonato en una votación realizada por sus compañeros en un claro ejemplo de que su trabajo y sus planteamientos no han pasado desapercibidos para ningún rival.

Un juego impersonal
Viendo todo lo que se escribió sobre Brendan Rodgers y su trabajo en el Liverpool, se puede afirmar que la idea de Juan Ignacio Martínez en el Real Valladolid era muy similar en su base. Desde un inicio, el técnico alicantino ha querido dotar a su Pucela de una idea de juego basada en el balón pero con tintes que aportara su planteamiento en base al rival. Evidentemente no lo ha conseguido. El Real Valladolid no se ha caracterizado por una idea definida de juego como sí por sus diferentes planteamientos.

El cuerpo técnico blanquivioleta de la temporada 2013/2014 ha terminado haciendo del Real Valladolid una propuesta futbolística tan variable en el sistema como impersonal en el juego. Juan Ignacio, Javier Pereira y sus ayudantes no han sabido dominar la presión y los jugadores no han tenido la confianza para llevar a la práctica los entrenamientos. Alberto Marcos afirmaba durante la campaña que sólo faltaba que el equipo encontrara el “punto de equilibrio” entre entrenamientos y partidos. No se ha conseguido y desde ahí la idea del entrenador no se ha producido para hacer de este Pucela un equipo atractivo en el juego y amoldable a las diferentes situaciones y variantes que exigían los 40 partidos que ha durado el proyecto del ex entrenador del Levante en el estadio José Zorrilla.

Dos planteamientos destacados
Al hablar de tácticas se podría afirmar que Juan Ignacio Martínez ha querido abarcar todo y que, posiblemente, no haya llegada a casi nada de los propuesto. En el Real Valladolid y su entorno, acostumbrados a la idea de Miroslav Djukic de mirar sólo en él y en su vestuario, no supo asimilar cambios y planteamientos tan marcados como los que proponía el ex preparador del Levante. Dentro de esta campaña, el míster será recordado por dos onces y dos ideas que resultaron radicalmente opuestas. El once de Villarreal y ante el Fútbol Club Barcelona marcan la filosofía de un entrenador con unas ideas que no han calado en casi ningún sector blanquivioleta.

Si en la segunda jornada el refuerzo de los laterales y el juego por banda del rival que planteó JIM no dio resultado, ante el Fútbol Club Barcelona, sí. La idea que ese día se propuso de tapar todo el juego interior culé resultó brillante para así conseguir la victoria más destacada de la temporada. Ambos fueron planteamientos sorprendentes. En uno por ver a cuatro laterales y tres centrales en el terreno de juego y el otro, por formar con tres centrales y un centrocampista escorado a una banda. De sorprendentes pasaron a resultadistas porque sólo vale aquel en el que los pucelanos obtuvieron los tres puntos. Aquel en el que se rozó el empate y se firmó uno de los mejores goles colectivos del campeonato, no. Aspectos del fútbol actual y del doble rasero con el que se vive en este deporte.

Regreso al inicio
Con esos planteamientos destacados en la hoja de Juan Ignacio Martínez en el Real Valladolid, el técnico alicantino deja el estadio José Zorrilla con muchas ideas sobre el césped. Desde el juego interior y el contragolpe de futbolistas a pierna cambiada hasta ideas con dos delanteros en las que se buscaba el juego directo buscando a Manucho y las segundas opciones. Muchas ideas, muchos planteamientos y muchas variantes pero pocos resultados. Lo más grave es que todo lo propuesto por Juan Ignacio Martínez no ha encontrado una idea definida de juego. No se ha visto un patrón fijo y es por aquí por donde el equipo ha comenzado a desangrarse y a no mostrarse como un equipo con idea y estilo propio.

Tantas han sido las probaturas y los cambios del equipo durante la temporada que es muy significativo que el equipo terminara el año con el mismo planteamiento con el que comenzó. La propuesta entre el once inicial ante el Athletic Club no difiere en exceso con el mostrado ante el Granada. Al menos en idea son similar. Sólo cabe hablar de cuatro cambios de futbolistas. Así, JIM comenzaba y terminaba esta época con doble pivote, extremos naturales y Óscar para enlazar con Javi Guerra. Ambas ideas muy similares y con idéntico resultado: derrota. El camino del Pucela esta temporada no ha sido fácil y pese a que desde el banquillo se ha buscado todo tipo de cambios, el resultado no ha variado. Echando la vista atrás parece que el camino de la Segunda división estaba predestinado para este equipo, jugara con dos puntas, tres centrales y cuatro laterales. Todo daba igual. El destino era negro para este proyecto.