La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Análisis pucelano

Un punto que debe marcar el futuro blanquivioleta

El Pucela rasca un valioso punto (1-1) ante el Real Madrid • Los de Juan Ignacio, con una gran segunda parte, dependen de sus partidos para conseguir el objetivo

Los jugadores del Real Valladolid celebran el tanto de Humberto Osorio (ElNortedeCastilla)
Los jugadores del Real Valladolid celebran el tanto de Humberto Osorio (ElNortedeCastilla)

El fútbol es un deporte inexplicable. Por muchos análisis que se puedan realizar, siempre aparecerá un resultado que lo cambie todo y que deje en evidencia lo escrito anteriormente. Mucho se hablaba de que al Real Valladolid le venía mal encarar las últimas semanas del campeonato con cuatro partidos en apenas 14 días. El club se sentía maltratado y ninguneado pero ahora, está agradecido. Es cierto que el insulto para el Real Valladolid es el mismo, pero afortunadamente, Juan Ignacio Martínez y los suyos han sabido sacar la parte positiva de este calendario y llegan a la parte final del campeonato con todo de cara.

La salvación, que parecía algo imposible hace tan sólo 10 días con la tragedia de Balaídos, se ha puesto de cara para el Real Valladolid. Los pucelanos han encadenado cuatro puntos de forma consecutiva y dependen de sus partidos para cerrar el ansiado objetivo. Con un fútbol práctico, eficaz y sencillo, el pequeño le ha comido la tostada al grande y le ha arañado un punto. Los de Juan Ignacio han rascado un punto en su duelo ante el Real Madrid gracias a una segunda parte inmensa en la que se ha rozado la victoria más que la derrota y en la que desde el banquillo se ha dado un cambio de imagen y juego al equipo que ha resultado vital para sellar este trascendental empate.

Un tanto de Humberto Osorio a falta de cinco minutos para el final del partido daba sentencia al dominio pucelano en el tramo final del partido. Los pucelanos, muy profundos, agresivos y seguros llegaban a cerrar al Real Madrid en su área. Todo hasta el minuto 85. En ese momento, el ‘7’ pucelano remataba con algo de fortuna un lanzamiento de Javier Baraja. El capitán asistía al colombiano en un gol que vale oro. Depender sólo de tus partidos para las dos últimas jornadas es un premio a la constancia de trabajo del equipo, a la confianza de grupo dentro del vestuario y, por qué no, a la fortuna que este equipo se ha ganado en muchas fases de la temporada pero que ha sido esquiva. En resumen, un premio merecido del que el Real Valladolid se debe aprovechar para seguir una temporada más en la élite del fútbol español.

Un rival de gran entidad
El Real Valladolid salía victorioso de este enfrentamiento por trabajo, constancia y buen fútbol. En ningún momento los de Juan Ignacio vieron relajación en su rival, un equipo de enorme entidad que llegaba al estadio José Zorrilla con la liga en juego. Esto, sin duda, añade fuerza al empate y ayuda a que el Pucela salga más reforzado para el empujón final.

Como el Real Madrid no llegaba de paseo a Valladolid, su fuerza se notaba. Los madridistas presionaban y apretaban para encontrar premio en la meta de Jaime Jiménez. Tras un inicio más blanquivioleta que merengue, los visitantes se animaban y acogotaban a los pucelanos en el área. Con su fuerza, velocidad y pegada, los de Ancelotti llegaban al tramo final del primer tiempo siendo mejores que los locales. Sin excesivos acercamientos sobre la meta pucelana pero con una sensación de peligro tan alta que Sergio Ramos consiguió romper el empate inicial de un magnífico golpeo de falta directa.

Con el tanto del sevillano, al Real Valladolid le tocaba vivir el peor tramo del partido. Los madrileños, eufóricos por el tanto, no querían el descanso mientras que los pucelanos lo pedían a gritos. Juan Ignacio veía sufrir a sus jugadores y pedía el intermedio para reclutar a sus jugadores y mejorar de cara a la segunda parte.

Desde el banquillo
El cuerpo técnico de Juan Ignacio Martínez buscaba cambiar la dinámica de un partido que pintaba feo tras el tanto merengue. Los pucelanos estaban a merced del rival, y además de la charla del descanso, JIM y los suyos fueron dando entrada a los cambios. El primer futbolista en entrar fue Daniel Larsson. El sueco sustituía a Óscar González porque el Pucela había encontrado el camino hacia la meta de Iker Casillas y el equipo necesitaba más presencia en el área madridista para encontrar el tanto del empate.

La entrada del sueco buscaba la opción de los dos delanteros para que las internadas de Carlos Peña y Zakarya Bergdich por el costado zurdo tuvieran premio. Con la idea ya planteada, el equipo seguía avanzando pero, ahora, en busca del gol. Humberto Osorio entraba al terreno de juego, por Jeffren Suárez, para hacer el equipo más directo y más profundo. Con la segunda permuta el Real Valladolid se lo empezaba a creer y comenzaba a hacerse merecedor del punto que finalmente sí conseguiría.

Los héroes de la noche
Con la entrada del ‘7’ pucelano el equipo formaba con dos delanteros centros, dos jugadores con gol que estaban obligados a hacer del dominio blanquivioleta, algo palpable. Los pucelanos llegaron a acogotar a los merengues en su área pero regalando unos metros atrás que antes no existían. Así, Juan Ignacio Martínez no tuvo otra opción que cerrar filas y evitar que el equipo se partiese. De esta forma, Javier Baraja entraba en el campo para unir al equipo y sostener el equilibrio blanquivioleta. El cambio con tintes defensivos, salía a la perfección porque el capitán asistía a Humberto Osorio en el tanto del empate y en el hecho de que el Pucela depende de sus partidos para cerrar el objetivo.

Javier Baraja lanzaba el córner que llevaba al empate y al empate que debe marcar el futuro pucelano. Con este gol los pucelanos llegan a los 36 puntos y fuerzan dos jornadas más de infarto que deben dejar a los de Juan Ignacio en Primera división. El trabajo sigue siendo encomiable, los planteamientos perfectos pero el resultado aún medio. Este Real Valladolid debe cerrar esta cargada semana con una victoria en Sevilla, tres puntos que serían un billete en gran clase para el viaje final, aquel que debe dejar al Pucela en la élite del fútbol español.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte