El Real Valladolid despertó a falta de media hora para el final y rescató un empate en un partido que se escapaba. A la postre, el empate fue vital para la salvación
Sonó tarde el despertador del Real Valladolid en el Reyno de Navarra, pero terminó sonando. Aquel día los pupilos blanquivioletas de José Luis Mendilibar se comportaron como aquel estudiante que retrasa el estudio de un examen al último día. Pese a hacerlo, puede terminar aprobando. Es cierto que no es la receta más idónea, pero alguna vez al tirar la moneda sale cara. Osasuna, mientras el Pucela dormía, sacaba a relucir todas sus virtudes. Hasta tres situaciones de peligro generaron los locales en el primer cuarto de hora de partido. Y tanto fue el cántaro a la fuente, que Dady terminó por marcar gol tras un buen centro de Nacho Monreal.
Mendilibar veía tan apático al equipo que decidió realizar el primer cambio a la media hora de juego. Entró Henok Goitom al campo para tener más presencia arriba junto a Víctor en detrimento de Haris Medunjanin. Pero ni con esas consiguía mejorar el Real Valladolid, ya que Osasuna seguía campando a sus anchas y recogiendo nuevos frutos en el minuto 42. Al borde del descanso, Nekounam superó a Justo Villar tras una falta ejecutada por Patxi Puñal. Tras el descanso parecía que los blanquivioletas querían despertar. Pero nada más lejos de la realidad porque Dady conseguía hacer el tercer tanto en una jugada que sacaba a relucir todas las vergüenzas defensivas del Pucela.
A renglón seguido apareció, por fin, el ataque blanquivioleta. Henok Goitom saltaba al rescate del equipo para reducir diferencias en el marcador. Faltaba media hora de partido y el miedo se instauró en el equipo de José Antonio Camacho. Los blanquivioletas pasaron, en un abrir y cerrar de ojos, de dominados a dominadores. Cada llegada pucelana era un verdadero suplicio y, como reflejo dicha presión, Miguel Flaño marcaba en propia portería y acercaba más al Real Valladolid en el marcador. El partido estaba loco y el guante de Pedro León puso otra pelota en el área para que Ogbeche empatara el partido. Media hora de locura donde el Pucela conseguía descontar tres goles en contra y arañar un punto de fe, que finalmente sería vital para la agónica salvación conseguida ante el Real Betis.
Esa fe que mostró aquel Real Valladolid en la media hora final, puede y debe ser la clave para que en el presente se consiga la ansiada permanencia. Pelear por cada punto es una obligación y puede tener un premio incalculable. El ejemplo está en este partido. Cuando Dady marcaba el 3-0, nadie podía imaginar que en este partido los de Mendilibar conseguirían un punto trascendental para seguir un año más en Primera división
Alineación blanquivioleta: Justo Villar; Pedro López, Garcia Calvo, Luis Prieto, Marcos; Vivar Dorado, Haris Medunjanin (Henok Goitom, m. 34), Pedro León, Jonathan Sesma (Ogbeche, m. 76); Cannobio (Javi Baraja, m. 60), Víctor.
Vídeo/reportaje sobre la remontada en Pamplona