Siguen las dudas sobre el compromiso Óscar González. ¿Son merecidas?
“Óscar, de nuevo, ausente en el entrenamiento”, anunciaba la web del Real Valladolid en el primer día del 2014. La baja del salmantino se debía a una “sinusitis” que la dejaba inactivo para el primer entrenamiento del nuevo año. El charro volvía a salir de la dinámica del equipo por unos problemas físicos que, afortunadamente, no tienen nada que ver con el calvario vivido en los últimos meses del 2013. Con esta nueva traba física y con las declaraciones del jugador sobre su estado, Óscar fue noticia. Rumores y afirmaciones dudando de su implicación con el equipo, el entrenador y la situación regresaron tras dos encuentros en los que el futbolista demostró que su lema – “El Real Valladolid es mi casa y no voy a dejar que se hunda” – es real. Esos rumores murieron y el duelo ante el Real Betis centró toda la atención. Fue así porque Óscar se esforzó para llegar al encuentro. Disputó 20 minutos en una demostración de que esos cuchicheos de falta de implicación son nada más que un intento de búsqueda para comprender la situación del equipo. Cuando todo parecía que se solucionaba y el jugador regresaba a la dinámica del equipo y las críticas desaparecían, caía nuevamente lesionado para que el tiempo de recuperación le esté colocando, de nuevo, en la picota.
Visión muy particular
Cuando con el nuevo formato del blog decidí crear la sección “Reflexiones sobre fútbol” el objetivo era poder dar mi opinión sobre diferentes aspectos del fútbol. Hablar sobre el deporte rey y hacerlo en primera persona. Buscaba hacer unos artículos de opinión diferentes a los que ya escribía, y sigo escribiendo aquí. Me quería mojar sobre los diferentes temas que dejan el Real Valladolid, en particular, y el fútbol en general. Artículos muy personales. Como creo que no hay nada más personal que una conversación privada, empezaré por ella mi opinión, repito, mi opinión, sobre Óscar González y su situación en el Real Valladolid en la actualidad, la cual considero que en las últimas fechas se ha exagerado.
Hace unas semanas quedé a comer con dos amigos . La conversación fue íntegramente de fútbol. Llegó un momento de la comida en el que uno de ellos me preguntó: “¿Tú cómo ves los partidos del Pucela: como un hooligan o como un periodista objetivo?”. “Intento que sea una visión objetiva pero siempre termino barriendo para Óscar”, fue mi respuesta. No me duelen prendas en reconocer el cariño, respeto y admiración por el ‘10’ del Real Valladolid. Considero que así no soy menos periodista o menos realista. Como afirma Agustín Castellote “no existe la objetividad, sólo existe la honestidad”. Con este lema del periodista madrileño afronto el análisis sobre la situación de Óscar González porque pese a que un ultra afirmó una vez que “hago míos todos sus éxitos” intento analizar sus victorias, sus fallos y su carrera como la de cualquier otra jugador, con honestidad.
Honestidad ≠ Resultados
Esa honestidad con la que intento analizar la temporada de Óscar González me lleva a ver que su campaña no está siendo nada buena. Por expectativas creadas en los dos últimos años o por la calidad que se conoce que atesora, Óscar no está al nivel esperado. Ni él ni casi ninguno de sus compañeros están al mínimo exigido para conseguir el objetivo de la salvación. El problema está en igualar ese mal juego y ese mal estado físico en falta de compromiso. Convertir ambos términos en sinónimos es un error, una injusticia grave que no ayuda al equipo ni a la afición para salir de esta situación.
Es comprensible y quizás hasta justo exigirle algo más que al resto. Seguramente es el futbolista de mayor calidad de la plantilla y él debe tener un peso alto dentro del vestuario. Sus partidos deben dar un toque diferente al equipo y durante esta campaña se está consiguiendo poco o nada. Eso sí, la mala temporada del jugador no es por falta de compromiso por el club ni con el cuerpo técnico. Es sencillo. Si Óscar no abandonó el Real Valladolid y se quedó a luchar para intentar salvar al equipo en 2010, cuando Antonio Gómez le ignoraba, menos lo va a hacer ahora.
La situación no es fácil y tampoco cómoda. Óscar quiere ayudar al equipo para salir de este bache pero no de cualquier manera. El jugador necesita estar al 100% o a un alto nivel de sus condiciones para ayudar al equipo. Sin estar en una buena cifra sabe que su nivel no es el mejor y que su ayuda sería mínima. En definitiva, Óscar no se va a arrastrar por el campo. El jugador no va a salir a probarse a un partido y condicionar el planteamiento del entrenador. Si va convocado es porque está para jugar y está en condiciones de aportar como ha hecho en sus últimas apariciones. Óscar no se quiere reír del club ni de su afición y usar el status que se ha ganado para jugar por decreto y a un nivel bajo de sus posibilidades. Si está bien, jugará. Si no está a un buen nivel, dejará su hueco a un compañero.
Un año lastrado
Humberto Osorio, Manucho o Daniel Larsson pueden ocupar el puesto del ‘10’ blanquivioleta cuando éste no se encuentre en plenitud de condiciones. Juan Ignacio lo sabe y, seguramente, será porque el futbolista también se lo ha comunicado así. Óscar es consciente que no está a su mejor nivel y que le costará estarlo por el hecho de que lleva desde pretemporada lesionado. Cuando comenzaba la preparación del equipo, el jugador sufrió unos problemas físicos que le borraron de las primeras sesiones de entrenamientos.
Problemas cervicales del pasado le hacían empezar a un ritmo menor que sus compañeros, algo que está pagando más de seis meses después. El trabajo físico del futbolista ha sido menor. No ha podido reforzar aspectos que pudieran fortalecerle y ahora está pendiente de una fragilidad física que le provoca que una lesión de dos semanas deba tener una recuperación reforzada para evitar una recaída. Óscar tiene miedo a no estar al nivel y no poder ayudar a su casa, a su club y a su ciudad a salir del bache en el que está. Todo esto no quita para que cada día luche y trabaje para volver con el equipo y para hacerlo bien. En casi plenitud de condiciones Óscar volverá y demostrará, una vez más, qué jugador es y cómo de total es su compromiso por el Real Valladolid.