Después de no recibir ofertas interesantes este verano, Joseba Llorente ha decidido colgar las botas. Uno de los abanderados del histórico ascenso de 2007, dice adiós
● La temporada pasada disputaba 27 partidos de la mano de José Luis Mendilibar en el Club Atlético Osasuna.
● Con el Real Valladolid disputó 108 partidos y anotó 47 goles, repartidos en tres temporadas, una en Primera.
● Para el recuerdo del club pucelano: el ascenso de 2007 y el gol más rápido de la historia de la liga española.

Hace tan sólo una semana Joseba Llorente concedía una entrevista al diario vasco de Berria para repasar su carrera deportiva y afirmar, casi al 100%, que su época futbolística llegaba a su fin. “La puerta del fútbol está casi cerrada”, afirmaba. El motivo de tal decisión era sencillo, no había recibido ofertas interesantes y decidía abandonar el mundo del fútbol profesional. El ex delantero afirma haber recibido muchos ofrecimientos durante los últimos meses pero ninguno con opciones de cristalizar y eso que “durante todo el verano nunca apague el móvil”, afirmaba Joseba Llorente.
Con la decisión bien meditada y asumida, el delantero de Hondarribia pasa a ser historia. Hace unos meses ya era pasado del Real Valladolid pero ahora lo es también del fútbol español. Sus inicios en la cantera de la Real Sociedad, su paso por el Éibar, el tiempo en el estadio José Zorrilla, su fichaje por el Villarreal, su regreso a su casa y el final en El Sadar son ya recuerdos en su memoria y en la de todos los aficionados han disfrutado con su garra, su lucha, su trabajo y, ante todo, con sus goles.
Depredador del área
Con la retirada de Joseba Llorente, el fútbol pierde un gran ‘9’. Sin él, el mundo del deporte rey se deja en el camino a un jugador con unas condiciones físicas únicas. Desde su debut en la élite en 1999, Llorente no dejó opción al actual debate que existen con los delanteros que parte de la duda de si es más importante correr y trabajar que hacer goles, o al revés. El gran delantero vasco no dejaba opción a estos pensamientos porque estaba para todo. Presionaba, peleaba, corría y sufría para conseguir el único objetivo de hacer gol.
Más pronto que tarde lo conseguía y, por ello, el éxito y la evolución sería algo constante en su carrera. Temporada tras temporada el progreso era una camino para el futbolista. Lo vivía con esta obligación y esta dedicación hasta que su cuerpo un día dijo basta. Los problemas físicos aparecieron y futbolista vio reducidos sus minutos de juego y sus participaciones. Ahí, comenzó el final de una carrera con millones de recuerdos, y muchos de ellos de color blanquivioleta.
Antes de vivir un ascenso a Primera y el asentamiento en la élite del fútbol, vestido de blanquivioleta, están los inicios de un futbolista que tenía el corazón de la Real Sociedad. Como bien confiesa en la entrevista del pasado día 8, “la Real me lo ha dado todo” y en esa reciprocidad marcar con la camiseta txuri-urdin lo era todo para él. Entre todos esos recuerdos que ahora invaden la cabeza del jugador destaca uno: el primer tanto que firmó en Primera con la Real Sociedad en noviembre de 1999 y que Canal Plus recordó así.
108 partidos blanquivioletas
Aquel día, ante el Numancia y bajo la batuta de Javier Clemente, Joseba Llorente mostraba quién era. Tras un fugaz debut en La Romareda fue ante los sorianos cuando el futbolista consiguió hacer su primer gol en la élite. Pese a ese inicio que cualquiera hubiera soñado, no sería hasta ocho años después cuando se consagraría en Primera división. Por aquel entonces sus colores ya no eran el blanco y el azul de la Real Sociedad. Entoncés ya había cambiado el azul por el violeta y ya llevaba dos temporadas en Valladolid siendo la referencia ofensiva del equipo.
En su primer año en el estadio José Zorrilla nada fue fácil. Tuvo que esperar a la llegada de un viejo conocido para él, José Luis Mendilibar, para que pudiera dar todo de él. Trabajo, sacrificio y goles a disposición de un equipo que superaría todos los registros hasta la fecha. Los 17 goles de la temporada 2006/2007 valieron para que Joseba Llorente pudiera afianzarse el Primera con dos temporadas consecutivas superando la quincena de goles.

La segunda de estas campañas tan prolíficas en tantos ya no fue en Valladolid. Tras una temporada 2007/2008 en la que firmó 17 goles, el Villarreal llamó a su puerta. El hoy afamado Manuel Pellegrini se quedó prendado de su fuerza, carisma y de su diversidad de opciones para hacer goles. La calidad para tantos como los que firmó en el triplete al Recreativo, la casta para goles como el anotado al Real Zaragoza o la pillería para el gol más rápido de la historia de la liga española [VER VÍDEO] le llevaron a jugar Champions.
Jugando la máxima competición europea en estadios como Old Trafford o ante entidades como el Arsenal o el Celtic de Glasgow, Joseba Llorente tocó su techo. Se trato de un límite que jamás hubiera pensado cuando rozó el ascenso con el Éibar en 2005 o cuando peleaba por no bajar a Segunda B con el Pucela en 2006. Llorente lo consiguió contra pronóstico por su trabajo, pundonor y ese olfato goleador que desde su marcha del Real Valladolidd nadie ha sabido demostrar en el estadio José Zorrilla pese a que jugadores como Javi Guerra lo intentan domingo tras domingo. Se retira un grandde, un futbolista de la cabeza a los pies.