La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Análisis pucelano

Un buen Pucela se diluye en los últimos metros

El Pucela cae goleado (4-1) en el Camp Nou ● Tras una gran primera parte, los de JIM se diluyeron en el segundo acto ● Javi Guerra, goleador blanquivioleta

Javi Guerra celebra su gol en el Camp Nou, que significaba el 0-1 para el Real Valladolid (Yahoo)
Javi Guerra celebra su gol en el Camp Nou, que significaba el 0-1 para el Real Valladolid (Yahoo)

Los expertos deportivos dicen  que Usain Bolt es uno de los mejores deportistas de la historia. Sus registros, sus récords y la superioridad que muestra en un alto porcentaje de sus participaciones le hacen ser considerado un  atleta único. El valor que se  tiene sobre él es muy similar al del Fútbol Club Barcelona. Cada uno en su deporte y en su parcela son un ejemplo y un espejo en el que muchos se quieren mirar y se miran constantemente. Con esa intención de parecerse lo más posible a ellos, ambos son dignos de estudio. Vídeos,  estrategias y simulaciones les examinan al detalle.

De esta forma, Juan Ignacio Martínez y los suyos preparaban la semana con la intención de sorprender lo más posible al Usain Bolt del fútbol. El cuerpo técnico de JIM buscaba trabajar los puntos fuertes de su equipo en base a los débiles del rival de la misma forma que los entrenadores personales de los atletas intentan trabajar a sus pupilos en la mejora de los puntos débiles del mejor  velocista del mundo. Así es la única forma de poder hacerles frente. Éste es el único camino para sorprender y obtener algo positivo en estos frente a frente.

De esta forma parecía difícil obtener algo positivo del Camp Nou, como lo es en realidad, pero JIM no quería darse por vencido antes de competir y se aferraba a la comparación con el deportista jamaicano en su planteamiento del asalto al estadio azulgrana. Pese a luchar, competir y pelear, el Pucela tuvo que claudicar como los deportistas de todo el mundo hacen cuando Usain Bolt hace caso al pistoletazo de salida.

Muy mermado
Cuando el colegiado da comienzo al partido, todos los equipos son iguales. Teóricamente en el césped todos los conjuntos parten en igualdad de condiciones. En la preparación, evidentemente, no. Al igual que no todos los deportistas poseen las mismas  instalaciones y materiales, el Real Valladolid no preparaba la semana de la misma forma que el equipo culé.

Pese a que los azulgranas viajaban a Escocia por un compromiso de Champions League, los pucelanos trabajan en cuadro. Con hasta seis bajas, si se cuenta la ausencia de Manucho en la última sesión, Juan Ignacio preparaba el duelo en una clara inferioridad de un rival que por número, opciones y recursos golea al Real Valladolid por un resultado mucho más amplio que el que finalmente reflejaba el marcador del Camp Nou.

Con todas las limitaciones pucelanas, el planteamiento resultaba brillante. Apelando a las palabras de esta semana, el cuerpo técnico buscaba transiciones rápidas con jugadores determinantes en velocidad o calidad. Con Zakarya Bergdich en el costado izquierdo buscando la profundidad y con Patrick Ebert en el diestro apelando a la calidad y el último pase, el Pucela se presentaba en el estadio azulgrana con ganas de dar un susto, al menos en el inicio. Al igual que los atletas que asustan a Usain Bolt en la salida, los blanquivioleta se exprimieron en el cara a cara para intentar hacer el partido lo más largo posible.

Una hora de partido
Con los enfrentamientos del ya mencionado atleta como ejemplo, Juan Ignacio quería llevar el partido a los últimos diez metros. El técnico alicantino buscaba hacer el partido largo para buscar las máximas opciones de puntuar. Por lo general con la intención no es suficiente y a falta de 30 metros, el encuentro ya tenía un ganador. La lógica se había impuesto.

Lo había hecho con tardanza porque la estrategia y el planteamiento blanquivioleta así lo habían querido. Con Javi Guerra como referencia visitante llegaba el 0-1 y los mejores minutos pucelanos. Pese al empate rápido de Alexis Sánchez, los pucelanos gozaban de ocasiones y metían miedo en el cuerpo del todopoderoso Fútbol Club Barcelona. En el inicio la batalla el Real Valladolid se mostraba con las ideas frescas y el cuerpo activo. Con el paso de los minutos y el agotamiento como protagonista cada vez más principal, la calidad se hizo demasiado palpable y ahí, los de Juan Ignacio tienen, como el 97% de la competición, muy poco que hacer.

Un rival letal
La calidad del Fútbol Club Barcelona es terrible. Sin encontrar ese punto de velocidad mortal que en pasadas temporadas mostraban en el último cuarto de campo, sigue siendo letal. Ya sea uno u otro, la calidad sale a la luz y las victorias llegan por aplastamiento. Cuando el rival baja los brazos, los culés aprietan y rompen diferencias. Ante el Real Valladolid no iba a ser muy diferente. Pese al buen inicio, una buena salida ante un atleta único, los últimos metros se hacían eternos.

Con el refuerzo de tres sustituciones de calidad propia de jugadores titulares y campeones del mundo, el partido llegaba a no tener historia en su final. Pese a un comienzo magnífico del bando blanquivioleta y un planteamiento perfecto, llevado a la práctica de una forma tan ideal como en su creación, los de Juan Ignacio Martínez terminaban por claudicar con el tercer tanto culé. El doblete de Alexis obligaba a los jugadores a bajar los brazos y al cuerpo técnico a pensar más en la siguiente jornada y centrase en no poder más efectivos y dejar aire en la enfermería.

De esta forma y con la dureza de estadios como el Camp Nou, el plantel completo del Real Valladolid debe ser consciente de leer lo positivo de un partido que hasta que la calidad no llegó a ser la única protagonista del partido, el Pucela tuvo coraje, plantó cara y puso en serios aprietos a un equipo con un presupuesto infinitamente superior al de un club en Ley Concursal y con objetivos muy dispares.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte