Carlos Lázaro abandona el Real Valladolid. Tras un largo calvario de lesiones y dos cesiones a la S.D. Huesca, el olmedano consigue la libertad y firma por el Alavés
El fútbol español vive en estos momentos un enorme dilema con el trato y protagonismo de la cantera. El Real Valladolid no está exento y, actualmente, vive un momento negro. Sin un futbolista representante del trabajo de los anexos, más allá de Jesús Rueda, el papel de las categorías base merece una reflexión en profundidad. Se necesita un tiempo de meditación por el escaso papel de Quique González tras su renovación por tres temporadas, la reciente espantada de Lolo y la marcha de Carlos Lázaro.
El Real Valladolid y el futbolista olmedano han llegado a un acuerdo para la salida del jugador. Tras muchos años formando parte de las categorías base del equipo y después de ser jugador de la primera plantilla durante tres temporadas, el olmedano dice adiós. Se marcha del estadio José Zorrilla tras un importante calvario de lesiones. Tras superar el impedimento de las trabas físicas, Carlos Lázaro no se ha visto respaldado por el banquillo. Ni Miroslav Djukic ni, ahora, Juan Ignacio Martínez han decidido arriesgar por él. De esta forma, el club le da la libertad y no solo de forma contractual. Sin contrato por la entidad del Pisuerga el jugador tendrá libertad para trabajar y disfrutar del fútbol. En un futuro será el destino quién decida si los caminos de ambos se vuelven a encontrar, no un papel.
Un sueño de diez partidos
Desde este momento muchos sueñan con el regreso del jugador porque desde hace unos años todo el entorno del Real Valladolid tenía fe ciega en Carlos. Existía esa confianza desde que enero de 2010 debutara en Primera. En una temporada para olvidar, el canterano resultaba la única nota positiva para el futuro. El centrocampista se convertía en un activo a largo plazo por el comienzo de la plaga de lesiones que viviría durante casi dos años.
Tras una larga espera, la única forma de superar aquel calvario fue gracias a una cesión. Su salida a Huesca demostraba que el jugador estaba para regresar pero que necesita más tiempo, un nuevo préstamo. Esa nueva fase llegaba el año pasado y con la Sociedad Deportiva Huesca como equipo receptor, otra vez. En esta temporada el jugador sí pudo tener rodaje y minutos de juego. Quemó fases de su recuperación y lanzó la posibilidad de ser integrante de la primera plantilla blanquivioleta para esta temporada 2013/2014 con seguridad.
Esa ilusionante idea no se han cumplido. Carlos Lázaro ha tenido que hacer las maletas y esta vez definitivamente. Se marcha del Real Valladolid con sólo 10 partidos oficiales con la primera plantilla. Un bagaje muy pequeño para los merecimientos que ha hecho. Ese sacrificio, lucha y derroche físico que ha mostrado cada día que ha defendido el escudo laureado del Real Valladolid lo demostrará ahora en el Deportivo Alavés. Allí lo acogen con la ilusión de ver a un futbolista con experiencia en Segunda y que llega con la libertad de no buscar nada más que disfrutar del fútbol. Tras todo lo vivido y sufrido, lo merece.