El Real Valladolid firma un gran partido ganando (0-2) a la U.D. Almería ● Los goles de Manucho y Rukavina devuelven a los de J.I.Martínez a la senda del triunfo
En pretemporada son muchos los condicionantes que llevan a analizar un amistoso. Es vital saber los matices del rival y del encuentro. No es lo mismo afrontar el partido en una semana con un único duelo que hacerlo con dos de forma consecutiva, como el Pucela ha vivido este fin de semana. “¿Por qué el Real Valladolid hace sólo un cambio en el descanso?”, se preguntaban los medios de comunicación de Elche. No conocían la agenda blanquivioleta y todo se veía alterado sin ello. La planificación de Juan Ignacio Martínez así lo marcaba y el cuerpo técnico diferenciaba dos partidos con diferentes protagonistas.
Lluís Sastre, Óscar González, Omar Ramos o Patrick Ebert como actores principales ante el Elche y Javier Baraja, Antonio Rukavina, Carlos Peña o Alberto Bueno ante La U.D. Almería. Una buena prueba para cada uno de los protagonistas de este proyecto del Real Valladolid que está cogiendo tintes ilusionantes. Más allá de la buena imagen en la derrota ante el Elche o el gran partido ante el Almería, este Pucela apunta alto en trabajo, compromiso, derroche e ilusión. Ingredientes vitales para cualquier cóctel de éxito blanquivioleta.
Dominio total
La idea marcada a fuego en el equipo ha llevado a que la intención blanquivioleta ante el Almería no fuera nueva y sí muy reciente. Un día antes, ante el Elche, era idéntica. Intensidad alta y presión adelantada. Puntos vitales para este Pucela partido tras partido. En esta ocasión el gol sí llegó y en los primeros 45 minutos se dejó marcado el camino para la victoria. Con un once formado por Jaime Jiménez; Antonio Rukavina, Marc Valiente, Heinz Barmettler; Carlos Peña; Carlos Lázaro, Javier Baraja; Alcatraz García, Alberto Bueno, Valdet Rama; y Manucho, los de Martínez encerraron al Almería en su área.
El Pucela no tuvo rival en la primera parte. La superioridad física de los blanquivioleta fue patente. Los diez días más de preparación resultaron vitales para encontrar explicación a este nivel de juego. Los matices del rival y del encuentro.
Con todo ello, Alcatraz y Rukavina se hicieron con la banda derecha, Baraja demostró estar capacitado para el centro del campo y Manucho que quiere seguir dando juego en el ataque. Con esta idea, el angoleño hizo el 0-1. Un buen centro de Carlos Peña terminó en gol. Premio al buen juego blanquivioleta que ante el Elche no llegó pero que ante los rojiblancos sería doble. A los pocos minutos del primer tanto, Rukavina hacía el segundo. El ‘2’ blanquivioleta superaba a Esteban después de demostrar que su asociación con Alcatraz tiene éxito.
Minuto 35 y el Pucela secaba el partido ante un primer once del Almería cargado de suplentes y con un estilo muy poco rodado. Solamente coletazos técnicos de Suso permitieron a los de Francisco acercarse al área de un Mariño que demostró mucha más seguridad que un día anterior cuando los nervios le jugaron alguna mala pasada en el juego aéreo.
Minutos de rodaje
Cada entrenador continuó con su planificación y tras el descanso los rojiblancos cambiaron el equipo casi completo. Tan solo Esteban, veterano cancerbero continuaba en el terreno de juego. Por su parte, Juan Ignacio sólo rotaba en la portería. Jaime Jiménez por Diego Mariño. El resto de cambios como ante el Elche, de manera escalonada y buscando mayor protagonismo en aquellos futbolistas menos vistos 24 horas antes.
Este método, como ya ocurriera contra los ilicitanos, permite minutos de rodaje para todos los futbolistas pero evita un buen ritmo de fútbol. Con cuatro cambios en el minuto 56, dos más en el 67, otro en el 74 y un último en el 80, el Pucela dio oportunidades a casi todos y consiguió frenar el punto de mejora que había vivido el Almería con los cambios y un once más rodado en el que sólo había un fichaje.
Pese a la ostensible mejora de los almerienses, el Pucela terminó el encuentro con la renta del descanso. Un 0-2 que demuestra el buen camino trenzado por el equipo y la ilusión que genera el compromiso y el trabajo que está sabiendo inculcar el nuevo cuerpo técnico. Con pequeños retoques en forma de fichajes, el club dará un salto cualitativo y cuantitativo con relación al año pasado que será vital para conseguir el objetivo, seguir creciendo en la élite.